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El buenismo

Por Ricardo López Dusil

Ni peronismo, ni marxismo, ni liberalismo. Ahora que se fue la yegua y los choriplaneros, se impone la era del buenismo. Vamos a resolver los problemas de la Argentina con buenos equipos, buena gente, buenas intenciones, en un clima de perfecta armonía y tolerancia (tolérennos ustedes, así como no lo hemos hecho nosotros en el pasado).

El buenismo, como lo explica el término, está pletórico de buenas intenciones: aunque tengan mandato, sean buenos y renuncien al Banco Central, al AFSCA, a la Procuraduría General de la Nación, a la RTA. No hay ninguna diferencia con pedirles la renuncia a diputados y senadores para darles lugar a los buenos. Pero ellos no son problema: mientras estemos en minoría, gobernaremos mediante decretos de necesidad y urgencia, un instrumento que era malo en poder de los malos pero, claro, es bueno en poder de los buenos. Somos buenos y nos encanta ver a Mauri bailando en el balcón que hizo famoso el general; no como la kretina que era francamente ridícula cuando se permitía un pasito de baile al son de los tambores de los negros.

Una de las consignas centrales del buenismo es desear que al presidente le vaya bien. Por supuesto, le deseo la mejor de las suertes cuando inaugure una obra (no voy a desear que se derrumbe), que tenga éxito en bajar la mortalidad vial, la infantil, la de los indígenas, la de las parturientas; que tenga suerte y en su mandato no haya inundaciones ni terremotos que pongan a prueba su capacidad para afrontarlos, que logre terminar con el narcotráfico y los asesinatos. Pero ¿tengo que desear que le vaya bien cuando decida contraer deuda? ¿Tengo que desearle éxito cuando proponga eliminar subsidios a la gente más humilde? ¿Es antipatriótico desear que le vaya muy mal si decide reprimir la protesta social? ¿Cómo hará el buenismo para resolver los juicios de lesa humanidad? ¿Serán buenos con los represores porque están viejitos o serán buenos con la víctimas y la historia y buscarán la justicia y la verdad? ¿Serán buenos con los fondos buitre o con quienes deberemos pagarles una deuda ilegítima en caso de complacerlos?

El buenismo quiere superar la grieta y sintetizar las diferencias que nos dividen. ¿Todos los partidos de fútbol terminarán en empate, para que nadie sufra?

Alguna de la gente linda que adhiere al buenismo, ¿podría empezar a explicarme algunas de estas dudas que me carcomen?

Tomado del Facebook del autor.


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