| Prisión perpetua

Condenan a dos ex represores por la muerte del obispo Angelelli

Ménendez y Estrella serán alojados en una cárcel común. El Papa Francisco aportó una carta enviada al Vaticano por el obispo asesinado en 1976.

Se quiso hacer pasar la muerte de Angelelli como un accidente de tránsito.

Se quiso hacer pasar la muerte de Angelelli como un accidente de tránsito.

Los represores Luciano Benjamín Menéndez y Luis Fernando Estrella fueron condenados hoy a prisión perpetua en cárcel común e inhabilitación absoluta perpetua, por el asesinato del obispo Enrique Angelelli durante la última dictadura.

El Tribunal Oral Federal de La Rioja revocó además la prisión domiciliaria de ambos y dispuso que sean alojados en la cárcel de Bower, en Córdoba.

Menendez, de 87 años, fue acusado de ordenar el asesinato de Angelelli, entonces obispo en la provincia de La Rioja que la dictadura había encubierto como un accidente de tránsito.

Se trata de la primera condena por el crimen de un sacerdote de alta jerarquía en Argentina durante la dictadura militar.

Angelelli había denunciado al Vaticano asesinatos y represión de movimientos sociales antes de su muerte, y prueba de ello fue una carta archivada por cerca de 40 años en la Santa Sede, que aportó el papa Francisco como prueba en los alegatos del juicio por el asesinato del obispo en La Rioja.

El 4 de agosto de 1976, el obispo murió a los 53 años al volcar el automóvil en el que regresaba de un homenaje a los sacerdotes Gabriel Longueville (francés) y Carlos Murias (argentino), secuestrados, torturados y fusilados dos semanas antes en La Rioja.

Viajaba acompañado por su colaborador, el entonces sacerdote Esteban Pinto, quien sobrevivió y es querellante en el juicio.
El régimen atribuyó a una supuesta pérdida de control del auto que conducía y cerró la causa.

En 1986, ya en democracia, la Justicia reabrió la causa y consideró probado que se trató de un homicidio, pero el caso volvió a quedar archivado al sancionarse las leyes de amnistía, hasta su anulación en 2003.

Según la investigación, el vehículo del obispo fue embestido por otro que lo hizo volcar, tras lo cual Angelelli fue retirado del auto, golpeado en la nuca y su cuerpo arrastrado hasta el medio de la ruta, donde quedó tendido en forma de cruz.

Angelelli escribió en una carta al Vaticano, leída en el juicio, que estaban «permanentemente obstaculizados para cumplir con la misión de la Iglesia».

«Personalmente, los sacerdotes y las religiosas somos humillados, requisados y allanados por la policía con orden del Ejército», aseguró el obispo.


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