Por Javier Sinay.

Hace dos días, un operativo en la provincia de Chaco interceptó y decomisó un cargamento con 1.700 kilos de marihuana en la zona de El Espinillo. En la lucha antidroga del norte de la Argentina, la cifra se suma a la reciente quema de otros 14 mil kilos de marihuana y a otros 4 mil por quemar. Sin embargo, la jueza federal de Presidencia Roque Sáenz Peña, Zunilda Niremperger, no está satisfecha: “Existe insuficiencia de recursos para luchar en todos los frentes”, asegura.

La jueza chauqeña dice que el Norte se encuentra desprotegido.

Y explica que el tráfico se da en camiones de envergadura, en camiones cisterna, en camiones frigoríficos (incluso con carne abordo) y en aviones de vuelo rasante. Las rutas chaqueñas son la desembocadura natural de las plantaciones de Bolivia y Paraguay hacia el Río de la Plata, de donde la droga parte hacia Europa. “Los narcos están muy preparados, tienen comunicaciones avanzadas y herramientas y siguen operando”, sigue la jueza. “Más allá de que detuvimos personas, los grupos siguen pasando por nuestro país estupefacientes en todas las formas, por eso necesitamos esforzarnos más y contar con más fuerzas de seguridad”.

Es que el tráfico está en estrecha relación con otra falencia estructural del norte: la falta de gendarmes. “La política nacional ha decidido llevar la mayoría de los recursos a Buenos Aires y a nosotros nos dejaron huérfanos. En Sáenz Peña y Formosa nos quedamos casi sin gendarmes”, se quejó Niremperger días atrás. “Antes teníamos a la Policía Rural, a Gendarmería, a la división de Drogas Peligrosas y a otras fuerzas trabajando, pero desde hace un tiempo las fuerzas de seguridad se encuentran deprimidas”.

El traslado de los gendarmes se da en el marco del Operativo Centinela, en el que –después de la derrota kirchnerista en las elecciones PASO, donde el reclamo por la inseguridad fue uno de los argumentos más potentes de la oposición- 4.800 efectivos fueron enviados hacia el conurbano bonaerense para custodiar los puntos calientes de La Matanza, José C. Paz, Berazategui, El Palomar, San Miguel, Moreno y Lomas de Zamora.

Mientras tanto, el Gobierno anunció que envió al Ejército a reemplazar a la Gendarmería en las zonas del norte del país. El ministro de Defensa, Agustín Rossi, indicó que 4.500 hombres de las Fuerzas Armadas han sido movilizados en la frontera noreste y noroeste: “He dado la instrucción al Estado Mayor Conjunto para que, en el marco de lo que prescribe la Ley de Defensa Nacional, disponga las medidas necesarias para fortalecer el trabajo que desde julio de 2011 vienen realizando las Fuerzas Armadas en el denominado Escudo Norte a través del Operativo Fortín II”.

Por otro lado, el ex oficial tucumano Raúl Maza, que encabezó las protestas de los gendarmes en octubre de 2012, y que recientemente participó de un acto de desagravio en la Iglesia de San Ignacio de Loyola, acompañado por neonazis, dijo en su cuenta de facebook: “Que los viáticos prometidos no llegan en tiempo y forma. Que es muy difícil alquilar lugares por 45 días, a nuestros camaradas les piden contratos de por lo menos 3 meses y con pago adelantado. Que muchos gendarmes al no conseguir lugar de alojamiento (tarea que debería estar en manos de la conducción de la fuerza) tienen muchas veces que higienizarse, alimentarse y descansar en los vehículos de la institución. Que el régimen de servicio de 8 x 16 no les permite un adecuado descanso sumado a las 8 hs de ‘apresto’ que deben cumplir. Que esa es la razón por la cual los ciudadanos comienzan a observar a gendarmes durmiendo en los móviles patrullas”.

Así las cosas, la jueza Zunilda Niremperger no es optimista: “cada vez son más los reclamos, y por el contrario cada vez tenemos menos herramientas y menos recursos a nivel judicial, económico y material, pero también humano. Son cosas elementales para que exista una justicia independiente”.