El 5 de diciembre el Consejo resuelve si le inicia el jury.

“Estoy tranquilo, la vida no se me va en ser juez, hay otras cosas”, dijo Daniel Rafecas el jueves último en el silencio de una oficina que sólo era interrumpido por la serie de llamadas de jueces, fiscales, abogados y alumnos de su cátedra que querían manifestarle su apoyo ante una realidad cada vez más inevitable: el Gobierno decidió que sus días en el fuero federal ya están terminados y por eso moverá todas sus influencias en el Consejo de la Magistratura para suspenderlo antes de fin de año y enjuiciarlo el año próximo por su actuación en la investigación del escándalo de l venta de la imprenta Ciccone que involucra al vicepresidente Amado Boudou.

Rafecas está acusado en el Consejo por los mensajes de texto que intercambió con el abogado Ignacio Danuzzo Iturraspe en los cuales opinaba y daba información sobre la causa Ciccone que él debía investigar. Ambos eran amigos desde la juventud. Danuzzo Iturraspe era en ese momento el abogado de José María Nuñez Carmona, otra de las figuras desbordantes de la trama.

El juez ya ha escuchado a algunos abogados que evalúa como posibles defensores ante un jury en la Magistratura  para el cual el oficialismo solo necesita de una voluntad y no de dos como han contado algunos matutinos (a los 6 votos del oficialismo, se suma el senador de la UCR Mario Cimadevilla). La mayoría necesaria se modifica según los que asistan al plenario del 5 de diciembre. El radical Oscar Aguad ya habría decidido pegar el faltazo. Si otro de los consejeros opositores se levanta de su asiento Rafecas será suspendido.

La señal más preocupante le llegó a Rafecas la semana pasada cuando supo que Hernán Ordiales, el representante del Poder Ejecutivo, será quien actúe como fiscal en un eventual jury. “Es como si la propia Cristina quisiera echarme”, suspiró con una mueca desabrida.

En realidad al oficialismo no le importan demasiado los mensajes de texto con Danuzzo Iturraspe, quien por cierto fue visto días atrás en un café recoleto con el  consejero que representa a los letrados en la Magistratura, Alejandro Fargosi, sino el hecho de que Rafecas allanó el departamento de Boudou y que la foto salió en la portada de Clarín.

El juez tampoco espera respaldo de la Asociación de Magistrados que conduce Luis María Cabral, opositor al kirchnerismo y a quien Rafecas nunca le cayó bien. El tema no termina ahí: ayer Pagina 12 reveló que fue el propio Ordiales quien operó en la Casación Penal para confirmar la subrogancia de Cabral en esa instancia  objetada por haberse realizado sin sorteo. Lo que el diario no contó es que Ordiales y Cabral son viejos amigos y que suele compartir largos asados en la casa de General Rodrígues que tiene el camarista.