| Un hecho impune

¿Qué harías si estuvieras cara a cara frente al asesino de tu hijo?

Lisandro tenía 8 años y murió cuando fue atropellado por un conductor que iba de contramano. Su madre se encontró con el acusado, quien sólo estuvo detenido dos semanas.

Lisandro tenía ocho años.

Lisandro tenía ocho años.

Por Gise Krüger (@flojadepapeles)

La vida de Cecilia Figueroa está en pausa desde el 23 de mayo de 2015. Ese día, imposible de olvidar para ella, un imprudente conductor, devenido en pistero, terminó con la vida de su pequeño hijo.

Lisandro, de 8 años, había salido de su casa, pasado el mediodía, para ir a la peluquería con su hermano Tomás, de 15. Todo quedó registrado por una cámara de seguridad y las imágenes son concluyentes.

Los chicos cruzaban correctamente la avenida Vélez Sarsfield, en Villa Madero. Como es una arteria de circulación para los dos lados, el mayor le agarró fuerte la mano a Lisandro pero no fue suficiente. Antes de que pudiera reaccionar, una fuerza se lo arrancó de la mano y ya nada pudo hacer.

Un auto venía en contramano por la calle Junín. Era un Ford Focus conducido por Diego Gerbautz, de 21 años. Embistió al nene a una gran velocidad. Ni siquiera se quedó a asistirlo.  Se lo llevó la ambulancia y a partir de ahí la tragedia trajo más tragedia.

Lisandro sólo sobrevivió 8 horas. Pese a todas las plegarias y cadenas de oración, finalmente murió en el hospital de niños.

La investigación se encuentra en manos del Juzgado de Garantías 6 y de la Unidad Fiscal de Instrucción N° 8 del Departamento Judicial de La Matanza. El hecho fue caratulado como homicidio culposo, un delito que prevé de seis meses a 5 años de cárcel.

Pero para la justicia fue un simple accidente y Gerbautz  estuvo preso solamente dos semanas, porque la expectativa de la carátula permite que así sea.

El misterio tampoco escapa a este acontecimiento, el significado de “Lisandro” es El libertador de hombres.

Cecilia Figueroa sostuvo que la causa está repleta de irregularidades. «No se hicieron pericias, no se tomaron testimoniales y otras cosas importantes. Jamás nos escucharon en la fiscalía y el juzgado. Nosotros estamos con tratamiento psicológico. El auto le pasó por arriba a Lisandro, con las ruedas le aplastó la cabeza. Así lo vi, agonizando, todo fracturado y lleno de sangre”, indicó.

El abogado de la familia, Andrés Bonicalzi, denunció que la policía no cuidó la escena, donde ocurrió el hecho. “El padre del imputado movió el auto y eso generó que la pericia accidentológica no pudiera realizarse correctamente”, aseguró el abogado.

Aunque sea un sentimiento encontrado, días atrás el destino le puso literalmente en frente a Cecilia a la persona que hace menos de un año le arrebató la vida de su hijo. Un rostro imposible de olvidar.

Con las heridas todavía abiertas y la impotencia de verlo en la calle, le salió gritarle “sos un asesino”. Diego no se lo bancó y le contestó que lo “tenía podrido” y le dio un sacudón agarrándola fuerte de los dos brazos. Hasta el día de hoy, está llena de hematomas.

Los moretones y el dolor físico se le irán algún día, pero nunca nadie podrá quitarle el dolor que genera la muerte de un hijo.

“Ojalá Dios hubiera entendido que yo quería tener un hijo y no ser la mamá de un ángel”, reza Cecilia, con lágrimas en los ojos.  La promesa de justicia está hecha, quizás algún llegue.


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