A esos medicamentos se debería también el rumor que circuló el fin de semana sobre hallazgos de sustancias extrañas en el cuerpo de Nisman, publicado por algunos medios.

Es un dato no menor porque estimula la hipotesis menos mentada en las últimas semanas que es la de un suicidio no inducido por terceras personas sino ocasionado a partir de un estado de tensión o brote de tipo psicótico, que podría haber sufrido el fiscal.

No serían los únicos efectos que Fein del departamento de Le Parc retiró para darle a la madre de Nisman. También se habría llevado una bolsa de objetos personales que describen las facetas más inquietantes de la vida privada del fiscal.

Fein  aguardará también los resultados del examen histopatológico, que se está llevando a cabo, para sacar conclusiones y sumarlos a la causa. La duda es sobre si Nisman consumió estupefacientes, aunque no se pueda determinar que haya sido por propia voluntad o inducido a hacerlo.

La fiscal se muestra por demás irritada en los últimos días al punto que se la ha escuchado gritar:  «Y pensar que yo ahora tendría que estar en el crucero del Caribe!». Suspendió sus vacaciones luego de ser criticada desde el Gobierno porque se iba a tomar la licencia este mes, en medio de la investigación en marcha.

El dato de los medicamentos se suma a otras revelaciones reservadas como por  ejemplo el supuesto hallazgo de grandes cantidades de efectivo en moneda extranjera, difìcil de justificar aún con el sueldo de fiscal especial que rondaba los 100 mil pesos. Nisman llevaba un ritmo de vida propio de un magnate lo cual le valía alguna crítica de sus colegas.

En esa línea hay datos aún pendientes de confirmación: confirmar la empresa que era propietaria del Audi que piloteaba el fiscal y a quién se le alquiló el departamento en una de las torres más lujosas de Puerto Madero. Otro dato sorpresivo: la caja de seguridad que el fiscal tenía en el Banco Ciudad estaba vacía. Según los datos bancarios: la madre del fiscal había pasado por la entidad a fines de enero.