| Ocho años del crimen

«Nadie quiere que se sepa la verdad», dijo el hermano de Nora Dalmasso

Juan Dalmasso dijo que ni la Justicia ni el Gobierno de Córdoba quisieron que se avanzara en la investigación del crimen de la mujer. La causa está paralizada.

El crimen de Dalmasso sigue impune y la investigación está frenada.

El crimen de Dalmasso sigue impune y la investigación está frenada.

El hermano de Nora Dalmasso, la mujer asesinada en su casa de Río Cuarto, hace ocho años, sostuvo que nunca hubo intención en la Justicia de Córdoba de llegar a los verdaderos asesinos de la mujer. La causa se encuentra virtualmente paralizada, aunque no está formalmente cerrada.

«Si a Nora la mataran hoy, pasaría lo mismo porque nadie se quiere ocupar de que se sepa la verdad. La justicia nunca se quiso meter con alguien con estatus social o que pudiera causar problemas. La única novedad que tuvimos en mucho tiempo fue el ascenso de los fiscales que trabajaron en la causa pese a no haber logrado nada», dijo al diario Tiempo Argentino Juan Dalmasso, hermano de la víctima.

Juan Dalmasso es además padrino de Facundo Macarrón, hijo de Nora, quien llegó a estar acusado por los fiscales del caso de haber sido el asesino de su madre, algo que luego fue descartato por falta de pruebas.

Juan, junto a su madre, María Delia Grassi, habían estudiado la posibilidad de ofrecer una recompensa a quien aporte información que ayude a esclarecer el asesinato, pero esa idea finalmente no prosperó: «No recibimos ayuda de ningún lado. El gobierno provincial nunca se ocupó de nosotros.»

Para la familia de Nora, el fiscal Di Santo se equivocó desde un principio cuando consideró el hecho como un crimen de celos y que más tarde agravó el error al creer que el asesino estaba dentro del círculo íntimo de la víctima. Tan seguro estaba que no dudó en apuntar contra el hijo menor.

El cadáver de Nora Dalmasso, de 51 años, fue descubierto el 26 de noviembre de 2006 en la cama de su hija Valentina, dentro de su casa del barrio Villa Golf de Río Cuarto. La mujer estaba desnuda, con golpes en el rostro y en otras partes del cuerpo y signos de haber sido ahorcada.

Después de 45 días, por orden de Di Santo, la policía detuvo al pintor Gastón Zárate, quien había trabajado en la casa de la víctima. Fue acusado de violación y homicidio. A los pocos días fue sobreseído.

Desde 2007, el hijo de la víctima quedó imputado de homicidio calificado en grado de sospecha leve –una acusación insólita que le permitía estar libre– en base a informes genéticos que determinaron que había un haplotipo «Y» del linaje Macarrón en muestras del cadáver. Sin embargo, en 2012 fue sobreseído por el juez. Desde entonces, el único avance que hubo en la causa fue el de la impunidad.

Si bien lo había anunciado su abogado Marcelo Brito en reiteradas oportunidades, hasta el viernes último Facundo Macarrón no se había constituido en querellante en la causa que investiga el homicidio de su madre.


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