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Grassi comienza a cumplir su condena de 15 años en una cárcel común

Los tres jueces del Tribuna Oral N°1 de Morón ordenaron esta tarde instantes la inmediata detención del sacerdote Julio César Grassi condenado a 15 años de prisión por el abuso de un menor y su traslado a la Unidad Penitenciaria N°39 para comenzar a cumplir la sentencia por la que fue condenado en 2009.

De esta forma, los jueces pusieron un poco de orden en un caso escandaloso: Grassi era el único condenado en la provincia de Buenos Aires, que luego de haber recibido tres fallos en su contra, aún gozaba del beneficio de la libertad. El cura comenzará a cumplir la pena en lo que significa el cierre de un proceso que se inició en el año 2o00 con una denuncia anónima.

Más temprano los jueces rechazaron el planteo de recusación que había presentado el sacerdote, luego de que la semana pasada que la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires confirmara la setencia en contra del mediático sacerdote.

El sacerdote fue condenado por el TOC N° 1 en junio del 2009 a 15 años de prisión por haber abusado de un menor que alojaba en guarda judicial en la Fundación Felices los Niños y la condena fue confirmada en tres instancias de la Justicia de la provincia de Buenos Aires.

Hasta ahora el sacerdote había permanecido un mes detenido durante la instrucción del caso, durante el año 2002, por lo que ahora la resta cumplir casi la totalidad de la pena. Los jueces ordenaron que Grassi cumpla la condena en la cárcel de Ituzaingó, una cárcel de mediana seguridad.

La presidenta del TOC N°1 Mariana Maldonado, acompañada por los vocales Claudio Chaminade y Pablo Lucero, leyó la resolución poco antes de las 20, luego de una larga jornada, en la que el sacerdote habló ante los magistrados, criticó a la fiscalía y a los abogados querellantes. «No soy un pedófilo», exclamó el cura, condenado por abuso de un niño de 12 años.

“Pesan sobre la cabeza del acusado tres sentencias que confirman su culpabilidad», dijo la presidenta del tribunal y resolvió que Julio César Grassi debe cumplir su detención en la cárcel de Ituzaingó, debido a que es sacerdote en la diócesis de Morón. Inmutable, el cura escuchó la sentencia sin pronunciar palabra alguna.

«Ha variado la situación del acusado por lo que no hay que esperar que el peligro de fuga se concrete para presentar un pedido de detención», dijo el fiscal Alejandro Varela quien destacó que el sacerdote «tiene los medios económicos suficientes» como para irse, durante la audiencia realizada más temprano.

A su vez, Sergio Piris, abogado defensor de «Gabriel», víctima de abuso de Grassi, destacó que a lo largo de los 10 meses que duró el proceso «el sacerdote tuvo todos los privilegios, parecía un actor de cine que daba reportajes, mientras la víctima tuvo que volver al régimen de protección de testigos».

Agotadas todas las instancias en la justicia ordinaria de la provincia de Buenos Aires, el sacerdote tiene como último recurso la posibilidad de apelar la setencia ante la Corte de Suprema de Justicia de la Nación mediante un recurso extraordinario, una posibilidad remota.

Los jueces considearon que había peligro de fuga.

Los jueces considearon que había peligro de fuga.


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