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Los jueces negaron por cuarta vez la libertad a Robledo Puch: “Me quieren ver muerto”

Por Rodolfo Palacios.

“Ya me la veía venir. Es un complot en mi contra. El día menos pensado me van a encontrar muerto de un balazo. Los jueces me quieren ver muerto. Ojalá pudiera recurrir a un equipo de expertos de todo el mundo, del FBI o  del Sclotand Yard, para que revisen el caso y demuestren mi inocencia”. Con esas palabras, Carlos Eduardo Robledo Puch, de 60 años, le confesó a un guardia de Sierra Chica cómo tomó un nuevo rechazo de la justicia a sus insistentes pedidos de libertad.

La Justicia de San Isidro rechazó un por cuarta vez en tres años un nuevo pedido de Carlos Eduardo Robledo Puch para salir de la cárcel de Sierra Chica, donde está detenido por haber sido condenado a la pena de reclusión perpetua por diez homicidios agravados, un homicidio simple, 17 robos y dos casos de abuso deshonestos cometidos entre 1970 y 1972.

Robledo Puch está preso desde hace 41 años.

Robledo Puch está preso desde hace 41 años.

La Sala I de la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro consideró que el llamado “Ángel negro” no reúne los requisitos para acceder a la libertad condicional. Una vez más, los camaristas argumentaron que Robledo no se preocupó por aprender un oficio o por estudiar.  El pedido por agotamiento de pena fue hecho por José Luis Villada, Defensor General del Departamento Judicial de San Isidro. La decisión judicial no deja de ser polémica porque en otros casos no se toma en cuenta la falta de estudios y de un oficio a la hora de negar la libertad de un preso. ¿Puede exigir la Justicia lo que en todos estos años el sistema carcelario no le ofreció a Robledo? De hecho en Sierra Chica, donde vivió el célebre motín de Semana Santa, no hay posibilidad para los presos de estudiar. “Además Robledo Puch trabaja en la carpintería y cada tanto recibe a la visita de una chica”, dijo a CyR uno de los guardias que más trato tiene con el famosos asesino.

Sobre la sorpresiva visita que recibe Puch, CyR confirmó que se trata de una joven de Azul que comenzó a escribirle cartas y él aceptó recibirla. “Es más –confirmó una fuente- él le dijo que se ocupara de la sucesión de su casa de San Isidro y ella estaba dispuesta a ser su contención afuera. Es una piba analfabeta y, evidentemente, amiga de gente extraña”.

La resolución en la cual se negó el pedido de Robledo Puch fue firmada por los camaristas Ernesto García Maañón, Oscar Quintana y el secretario del tribunal Bernardo Hermida Lozano.

Por otro lado, si los camaristas de San Isidro se basan en la inconstitucionalidad del artículo 52 del Código Penal de la Nación, que ya fue declarado inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia, la libertad de Robledo Puch podría haber sido un hecho. Pero consideraron que otros factores atentaron contra el pedido del asesino más famoso de la historia policial argentina: no tiene contención fuera de la cárcel ni un domicilio donde ir a vivir.

“Mientras yo esté en este tribunal, nunca le voy a firmar la libertad. Y nadie lo va a hacer. ¿Quién se haría cargo de sacar a la calle a la mayor leyenda negra del crimen argentino?”, confió a CyR uno de los jueces que tuvo que resolver sobre el pedido de Puch.

Cuando fue condenado, en 1980, Robledo amenazó a los jueces que lo condenaron: “Algún día voy a salir y los voy a matar a todos”.

Entre los que creen que Robledo está en condiciones de salir se encuentra el ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Eugenio Raúl Zaffaroni. “Nadie puede sufrir una pena realmente perpetua en la Argentina.  La perpetua es susceptible de libertad condicional”.

 

 


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