Nisman tenía una cuenta en el banco Merrill Lynch.

Por Rafael Saralegui

La fiscal Viviana Fein dijo hoy que no tiene ningún apuro en cerrar la causa por la muerte del fiscal Alberto Nisman y que no descarta ninguna hipótesis para tratar de explicar el fallecimiento del titular de la UFI-AMIA. Sin embargo, la posibilidad de un homicidio aparece cada vez más lejana, de acuerdo con los indicios que se suman en el expediente, y mucho más identificar a un posible homicida.

Los nuevos abogados de la jueza Sandra Arroyo Salgado sumaron horas de medios para tratar de sostener la tesis del crimen por encargo con argumentos pobres, como decir que la investigación fue hecha para el culo. Pero en ese trance, tuvieron algún desliz discursivo cuando dijeron que no debía descartarse un móvil económico. «Se podría discutir un rato largo si el origen de la muerte también puede responder a algún tema financiero», dijo Juan Pablo Vigliero. Si así fuera, nada tendría que ver el magnicidio que denunció Arroyo Salgado y la denuncia que había hecho Nisman contra la presidente Cristina Fernández.

La trama económica financiera y los negocios de Nisman, son tratados en otra causa a cargo de Rodolfo Canicoba Corral, quien resolvió llamar a indagatoria a la hermana y a la madre del fiscal, al técnico informático Diego Lagomarsino y al empresario Claudio Picón. Las familiares de Nisman recusaron al juez, por lo que la citación aún está en suspenso.

Canicoba Corral resolvió las citaciones tras un fundado dictamen presentado por el fiscal Juan Pedro Zoni, quien repasa los número escondidos por Nisman, que por ejemplo mintió cuando abrió una cuenta en el banco Merrill Lynch y dijo ser abogado y que se dedicaba al ejercicio particular de la profesión y no aclaró que era un funcionario público.

El dictamen del fiscal Zoni precisa que “a partir de la información remitida por la Unidad de Información Financiera (en adelante la UIF) en el marco de la colaboración prestada en los términos del artículo 13 “C” de la ley 25.246, se pudo corroborar que la apertura de la cuenta fue informada el 07 de marzo de 2002 a nombre de Sara Garfunkel y Sandra Ruth Nisman, que Natalio Alberto Nisman era su apoderado y que Diego Ángel Lagomarsino fue incorporado como tercer titular el 16 de junio de 2014”.

La UIF le informó a Zoni que se habían detectado “movimientos sospechosos reportados, individualizando los siguientes depositantes: Joseph GESTETNER, Daniel BENAYON, RODFA LIMITED, Damián Carlos STEFANINI, Guillermo N. SALEMI, IUNGELSON (desde Israel), LAS TIERRAS USA, VIVATIERRA SA y Claudio A. PICON”. En esa cuenta se recibieron depósitos por 666.690 dólares, agregó el organismo. Un par de nombres ya fueron identificados: Stefanini es el financista que se encuentra desaparecido desde el 17 de octubre del año pasado y Picón es el titular de la empresa a la que estaba a nombre el Audi que usaba Nisman. Además en el caja fuerte que había en el departamento de Nisman se encontró un cheque de 200 mil dólares librado por Picón.

“Respecto a la titularidad de los fondos resulta relevante resaltar que ninguno de los titulares de la cuenta declaró su existencia oportunamente ante la Administración Federal de Ingresos Públicos”, agregó la UIF.

Según el dictamen, Nisman era además dueño de tres chacras en Punta del Este, aunque estaban a nombre de su madre. Lagomarsino declaró que en una oportunidad tuvo que pagar expensas de esos terrenos por 2500 dólares. Las autoridades uruguayas informaron que los terrenos fueron escriturados a nombre de Sara Garfunkel, aunque el verdadero dueño sería su hijo. “El precio de compra de dicha operación ascendió a la suma de USD 288.035, mientras que según informe de la AFIP del 7 de mayo de 2015 la Sra. Sara Garfunkel registró ingresos en el año 2013 por la suma de $57.946 pesos argentinos”, dice el dictamen.

Nisman -dice el fiscal en su dictamen- también habría hecho figurar a su madre como titular de un fideicomiso para la compra de dos departamento y dos cocheras en Dorrego 1771, en Palermo, por el que se pagaban cuotas mensuales que oscilaban en los 60 mil pesos. Se pagaron cuotas por un total de 1,2 millones de pesos y las cuotas se dejaron de pagar en enero de 2015, tras la  muerte del fiscal, lo que permite suponer que él le daba el dinero a su madre para que realizara los pagos. “En relación al fideicomiso, resulta evidente que Sara Garfunkel carecía de ingresos suficientes para justificar la adquisición de los derechos en cuestión”, dice el dictamen.

Zoni también se ocupa del Audi que manejaba Nisman y que quedó estacionado en la playa de la torre donde vivía en Puerto Madero. Al respecto, el fiscal sostiene que “el Suscripto no advierte ninguna justificación plausible que explique el motivo por el cual el Natalio Alberto Nisman utilizaba como propio un vehículo de alta gama registrado a nombre de la firma “Palermopack S.A.”, que no sea el hecho obvio de que la empresa en cuestión solamente oficiaba de titular de un bien no declarado del nombrado. A su vez debe tenerse en cuenta que la firma aludida se encontraba presidida nada menos que por Claudio Alejandro Picón, quien también le depositara dinero en efectivo a Nisman en la mencionada cuenta del banco Merrill Lynch e interviniera en el Fideicomiso Dorrego 1771”.

Para el fiscal no hay dudas de que los bienes nombrados eran propiedad de Nisman, pero no encuentra explicación que demuestre de donde surgen los fondos. La AFIP informó que Nisman tuvo ingresos entre 2009 y 2015 por 3.985.956,85, pesos. Y en el mismo periodo tuvo gastos de tarjetas de crédito por 3.279.930 pesos. Además pagaba las expensa del country donde vivían sus hijas y las cuotas de la escuela privada a la que concurren.

Otro rubro es el pago del alquiler del departamento de la torre Le Parc por el cual pagó un total de 72 mil dólares y 212 mil pesos, según lo declarado por el propietario que le arrendó la propiedad. “Más allá de los ingresos y gastos aludidos, lo relevante del presente caso es que durante el trámite de la presente investigación se ha logrado establecer la existencia de distintos bienes y fondos, que a pesar de aparecer vinculados a distintas personas que actuaran como testaferros, en realidad eran propiedad de Natalio Alberto Nisman, resultando sus montos exorbitantes para el perfil patrimonial del nombrado”, concluye el dictamen.