| Declaración indagatoria

Los 17 puntos más llamativos de la declaración de José López

Dijo que el dinero de los bolsos «pertenecía a la política». Describió que vivía en una situación de paranoia. Sostuvo que creía que lo estaban persiguiendo los servicios de inteligencia.

López durante uno de los traslados.

López durante uno de los traslados.

El ex secretario de Obras Públicas José López dijo en su declaración indagatoria que el dinero con que lo atraparon en el convento de General Rodríguez no le pertenencia, ya que “era de la política”, desvinculó a las monjas y a su esposa, ya que aseguró que no sabía que había en los bolsos y explicó cómo llegó a ser detenido.

Aseguró que pensó que lo estaban persiguiendo y que creían que le habían hackeado su mail y teléfono celular, porque varias veces no pudo acceder a sus cuentas y vio una serie de mensajes inconexos.

Este es un extracto de su declaración.

  1. “Me voy a referir a los días previos, más precisamente a mediados del mes de mayo, cuando en Montevideo, Uruguay, en la sesión de Parlamentarios del Mercosur, un parlamentario me dijo “a vos, a mí, a Rossi, y a otros Parlamentarios más, los están investigando”, eso me lo dijeron fuentes allegadas al gobierno, del servicio de inteligencia (…) El parlamentario que me hizo este comentario fue Alejandro Karlén, de la provincia de Corrientes, del Frente para la Victoria”.
  2. “Cuando salgo de la casa, ese mismo lunes antes del mediodía, vi mucha gente en la calle de mi casa en Dique Luján, alrededor de cincuenta personas, camionetas, gente trabajando, máquinas, a lo largo de toda la cuadra, alrededor, algo que no era habitual en esa calle.
  3. Al llegar al estacionamiento estaba muy angustiado, excitado, cuando me bajé llevaba en el maletín la computadora, con la que podía ingresar a la base de datos de la Universidad de Salamanca, una notebook vieja, grande, y recuerdo muy clarito a una pareja, vestidos de ropa más que informal, remera, jean y campera, que viene atrás mío, y dijeron: “¿qué llevará en ese maletín? ¿Droga? ¿Dólares? Nosotros queremos ese maletín”. Eso fue en los 20 metros entre la cochera y la entrada”.
  4. “A la noche, cuando llegué a la casa, encendí el televisor, y escuchaba “voces burlonas”, incoherencias, cosas sin sentido, la TV estaba en un canal”, entretanto mi mujer me decía “que tenía que descansar” y “que estaba delirando”. Yo le dije ¿cómo que no escuchás lo que yo estoy escuchando?” a lo que ella me decía “tranquilízate, lo que tenés que hacer es descansar”. Le comenté que el único lugar donde hallaba paz era en el convento de la Madre Alba, y le pedí a mi esposa que me comunique con ella para ver qué me aconsejaba. Ella me comunicó con Alba, Alba me decía que me quedara tranquilo, yo seguía escuchando voces, estaba nervioso, incluso con mi esposa, que no comprendía, que no me entendía.
  5. “Recuerdo en ese instante, que estaba con la carabina en la mano, escuchó una voz masculina que le decía “te va a pasar lo mismo que al Lauchón”. Yo solté la carabina, y le dije “no soy Nisman no me voy a suicidar”. Subí al dormitorio de planta alta y vi como humo o gas o neblina dentro del dormitorio, una “cosa borrosa”, me asusté, pensé que me querían dormir, esa fue la sensación que tuve en ese momento, bajé al patio, y vi al lado mío, manchas de sangre en el césped, dos o tres manchones ovalados como de sangre, de color negro tirando a bordó, en mi imaginación era como si fuesen manchas de sangre. Me puse muy nervioso, entré de nuevo a la casa, seguía escuchando voces, música, cosas incoherentes. Me daba la sensación de que siempre había alguien atrás mío, y que cuando me daba vuelta se corría para otro lado”.
  6. “Fui hasta la casita que está al frente del inmueble, saqué una escalera tipo tijera, plegable, ingresé a la casa principal, a ese lugar inaccesible que nadie sabía, en mi habitación en el primer piso, que hay como una ventana por donde se accede al lugar donde está el tanque de agua, estaban ahí los bolsos, en un lugar tapados, como en un falso piso. Tomé los bolsos y los bajé.
  7. “Quiero aclarar que no había tomado absolutamente nada. Ni drogas, ni alcohol, ni pastillas. Llevé el arma conmigo, supongo, para defenderme a lo que yo esperaba enfrentarme, no sé qué o quiénes serían. Cuando yo busco la pistola Glock, tenía intenciones de matarme. Meses antes había tenido una discusión por celos con mi señora y allí también manifesté intenciones suicidas; y esa es la razón por la cual ella en ese momento me escondió la Glock y por eso no la encontré el día de los hechos”.
  8. “Seguí derecho y llegué al convento. Toqué el timbre varias veces, con el auto en marcha, las luces encendidas y las ventanas bajas, sigo tocando el portero, no atendía nadie, de repente agarro los bolsos y los arrojé al otro lado del portón. Arrojé la carabina descargada, los cargadores, y salté. Previo a ello un señor me llamó, y yo le dije “ya vuelvo”, no sé si era vecino, servicios de inteligencia, no lo sé, que estaba justo frente al portón de entrada, del otro lado de la calle, detrás de un alambre”.
  9. “Cuando llego a la puerta de la vivienda, cuando estaba en la galería, veo por la calle de enfrente, que está de costado, una camioneta tipo Ranger, con caja descubierta, que pasa circulando, con cuatro a seis personas, una de ellas filmando, como haciendo el gesto de que estaba filmando, y una de ellas dijo “¡ahí está, ahí está!”, y pasó la camioneta. Acto seguido la hermana le abrió la puerta e ingresé al convento. No le dije nada a ellas, no las conocía, son orantes y penitentes, no tenía diálogo con ellas. Fui a la habitación donde estaba la Madre Alba. No recuerdo haberle hablado, sí haberla escuchado, me decía que me quede tranquilo. Le pidió a las hermanas que le traigan unos scones, que a mí me gustaban mucho, y obviamente todas ellas no sabían qué había en esos bolsos, pues yo no les había dicho nada al respecto”.
  10. “Yo no soy miembro de la familia misionera, pero visité el convento siete u ocho veces en los doce años que estuve en Buenos Aires, con Monseñor Di Monte y Madre Alba teníamos comunicación telefónica, pero íbamos con mi señora menos de una vez por año, generalmente coincidía con el cumpleaños o el aniversario del nombramiento como obispo de Di Monte. Sí participó Di Monte en dos eventos importantes para mí, que fue darle la unción a los enfermos a mi madre antes de morir en 2011, y nuevamente la unción a los enfermos a mi padre, que murió en febrero de este año. Como dije antes, las hermanas no tenían ningún conocimiento del contenido de los bolsos, yo nunca se los informé”.
  11. “Mi señora tampoco sabía qué había hecho esa noche, porque yo no atendí en ningún momento el teléfono. Además mi señora siempre estuvo, y yo mantuve a mi señora y a mi familia, alejada de mi vida laboral y política. Desde ya que ella no tenía ninguna idea de la existencia de los bolsos con dinero en el lugar inaccesible y oculto que yo tenía en la casa. Yo mantuve a mi señora y a mi familia alejada de la política ya en Río Gallegos, ya que ella era empleada judicial y no podía tener actividad política”.
  12. “Conozco a Andrés Galera desde 2006 como miembro de CAVERA (Cámara de la Vivienda Económica de la Rep. Argentina). Desde 2006, como miembro de esa cámara, aunque tiene relación más directa con la subsecretaría de Vivienda, lo conozco a Galera de haberme reunido en ámbitos institucionales y sociales”.
  13. “Galera comentó en esa ronda de colegas, que él estaba por hacer un desarrollo o un emprendimiento ahí en Tigre y que había contratado al arquitecto Curcio. Galera entonces, me comentó si quería ver el proyecto, y le dije que sí. A los pocos días me llama Curcio, mantuvimos una reunión en su oficina, y me comentó el proyecto que estaba desarrollando”.
  14. “A Eduardo Gutiérrez lo conozco como empresario de la CAC (Cámara Arg. de la Construcción) que tiene más relación con la Secretaría a mi cargo, tenía una relación más fluida, una vez en 2010 nos reunimos en mi oficina y me contó que estaba con un emprendimiento en Tigre (…)  Busqué en ese tiempo algunos bancos para sacar un crédito hipotecario, no lo conseguí en el 2011, y a partir de ese año firmamos un alquiler con una cláusula de prioridad de opción de compra”.
  15. “Desconozco los móviles que llevaron a la compra y venta de esa propiedad por parte de Galera y Gutiérrez, así como también desconozco la modalidad o metodología de construcción cómo se hizo, lo que sí reconozco es cuando firmamos el primer contrato de alquiler, en 2011, recién ahí fuimos a vivir a la casa, por lo tanto, niego rotundamente que esa vivienda forme parte de mi patrimonio y niego rotundamente de que Andrés Galera o Eduardo Gutiérrez fueran testaferros míos”.
  16. “Ahora digo, con plena conciencia de lo que estoy diciendo, que ni mi señora, ni mi 48 suegra de 86 años que vive en Río Gallegos, ni ningún miembro de la familia, sabía de la existencia de los bolsos con ese dinero, ni del lugar inaccesible en mi casa de Dique Luján donde estaban ubicados.
  17. “Y ese dinero que estaba allí hoy lo tienen ustedes incautado y nunca toqué absolutamente nada de ese dinero. Lo que voy a decir por ahora con respecto a ese dinero, es que ese dinero no me pertenecía, ese dinero pertenecía a la política. Y yo, cuando tenga la fortaleza física, psicológica y espiritual necesaria, voy a dar todos los detalles con relación a ese dinero, y sobre este tema no voy a contestar en este momento ninguna otra pregunta. Por último, quiero decir que ni yo, ni mi señora, ni mi familia, nos enriquecimos con la función pública”.