Por Ignacio Ramírez.-

La investigación judicial del caso Araceli Giselle Ramos (19), avanza en un mismo sentido: la mayoría de las pruebas comprometen al único imputado, el ex prefecto Walter Vinader (37). Sin embargo, en su primer declaración pública, no solamente dijo que es inocente, sino que esta preso en un 90 por ciento por culpa de los medios de comunicación.

Vinader dice que está preso por culpa de los medios.

Más allá de las aspiraciones humorísticas de Vinader, la investigación del Juzgado Federal N° 10, a cargo deJulián Ercolini,  reunió una gran cantidad de pruebas en el expediente que vinculan directamente al imputado con el horrendo crimen de Araceli, quien fuera golpeada en la cabeza y en el tórax, y estrangulada.

Entre alguna de las pruebas; se destaca que en la casa del imputado se encontró documentación de Aída Amoroso (80), fotocopia del DNI y otros papeles de la casa de calle Puán, donde vivía la mujer, que se encuentra desaparecida y se sospecha que también fue asesinado por Vinader. Araceli fue hasta ese domicilio por una promesa de trabajo.

Hay además unas 25 llamadas entre el celular de la víctima y el detenido Vinader, un punto de contacto que lo complica mucho, ya que lo vincula claramente con Araceli.

También hay rastros de ADN de Vinader en una botella de cerveza encontrada en la casa de Puán 3754, de Caseros, situación que confirma que el sospechoso estuvo en la vivienda por lo menos en una oportunidad, sin contar la gran cantidad de testimonios que conducen en este sentido.

El día que la joven desapareció cuando acudía a una entrevista laboral en la calle Puán, ese mismo 30 de septiembre Vinader, no se presento a trabajar, y tampoco estaba en su domicilio particular.

A fines de agosto el imputado se trasladó solo en un remis a la zona del Cementerio de González Catán, con un bulto de importante dimensión en un carrito. El sospechoso en realidad le dijo al remisero Héctor M. trasladaba una base para una Torre de antena, fue el 2 de octubre pasado, y descendió del vehículo en Crovara y General Paz a las 12:30 pasadas, predio en el cual días después se transformaba en la escena secundaria del crimen, descampado que se utilizo para descartar el cuerpo de Araceli.

Tres días después, el 5 de octubre el mismo chofer llevo a Vinader a la localidad bonaerense de Caseros. El acusado bromeó con el remisero y le dijo: “el otro día parecíamos el caso Ángeles, bajando un bolso”. En dos oportunidades según consta en la investigación judicial, Vinader trasladó bolsos de gran tamaño.

Otra declaración testimonial importante fue la del Remisero Ariel E. quien traslado a Vinader a Caseros, donde cargo un bulto de importantes dimensiones y desde allí fueron hasta la zona del Cementerio de Catán. En el predio lindero, fue donde se busco sin existo el cuerpo de Aída Amoroso quien desapareció el 20 de septiembre pasado. Los rastrillajes del predio situado en el kilómetro 32 de la ruta nacional 3, de esa localidad del partido de La Matanza, nunca hallaron los restos del adulto mayor. El remisero, además aportó un dato que le llamó la atención del viaje: durante el traslado, Vinader repitió en diferentes oportunidades, que manejara con cuidado y tranquilo; “una y otra vez me decía lo mismo constantemente, lo tuve que hacer callar”, dijo Ariel en sede judicial.  Cuando bajaron el bolsón del vehiculo, por el peso, se rompieron las ruedas del carrito que también llevaban.

El famoso video clave de la causa, donde la víctima es inducida a dirigir un mensaje a favor del sospechoso fue aportado a la Justicia por el jefe de la fábrica de antenas donde Vinader trabajaba, quien lo había encontrado en un pendrive en el bolso del imputado, los investigadores creen que el video seguramente iba a ser entregado de manera anónima para desvincular a Vinader del eje de la investigación. Con fines claros de embarrar la causa, y desviar la atención del verdadero asesino. Pero, ¿cuál era su objetivo? La justicia cree que en realidad el contenido del video era la coartada de Vinader. La idea era incriminar a la ex del detenido, y a tres efectivos de la policía bonaerense en el crimen de Araceli, y en el Verónica Celeste Fernández (32) asesinada  en Vicente López el 24 de noviembre de 2012.