| Panorama complejo

Las mafias de los manteros, el trabajo esclavo y las coimas a la policía

Los manteros son los últimos de una cadena de explotación. La complicidad de la policía que cobra coimas para que puedan trabajar.

Los manteros fueron reprimidos por la policía.

Los manteros fueron reprimidos por la policía.

Nada es tan simple como parece. Los manteros que venden mercaderías en las veredas de las calles porteñas son el último eslabón de una cadena. En el otro extremo se encuentran las cabezas de las organizaciones que mueven miles de pesos por día, que tienen vínculos con los talleres clandestinos, el contrabando y que pagan suculentas coimas a personal policial para que les permitan “trabajar”.

En el procedimiento llevado adelante hoy en la zona de Once para desalojar a los vendedores callejeros participaron 250 efectivos de la Policía de la Ciudad y 350 personas del Gobierno de la Ciudad. Además, asistieron inspectores de espacio público, agentes de tránsito y personal de higiene urbana.

Luis Cevasco, a cargo de la Fiscalía General de la Ciudad, señaló que “se actúa contra las organizaciones delictivas que se apropian del espacio público, lucran con la pobreza, evaden impuestos, lavan dinero, se aprovechan del trabajo esclavo y perjudican al comercio legal establecido”.

“Esto es continuación de lo que se hizo el año pasado en la zona de avenida Rivadavia, en Caballito, y en la zona de la Avenida Avellaneda, en Flores. Por un lado, estamos con la recuperación del espacio público y por otro lado con la desarticulación de estas estructuras mafiosas que aprovechan el espacio público para la venta callejera”, agregó Cevasco en un reportaje con Cadena Eco.

Según Cevasco, “el mantero es una víctima, es el último eslabón, de una organización. El gobierno de la ciudad los está invitando a instalarse en unos galpones en la zona de Once. La decisión es que no vuelva a instalarse la venta callejera en el lugar”.

“Ningún mantero es cuentapropista. Todos forman parte de una organización, que alquila o es “dueña” del espacio público. Hubo zonas, en años anteriores, donde encontramos la lista de las coimas que se pagaban a la policía. Con el traspaso de la policía a la ciudad esta situación ha ido cambiando. En su momento hicimos todas la denuncias penales por esa situación de coimas”, añadió el fiscal general.

Si en un extremo de la cadena están los manteros y en el otro el cabecilla de la organización, en el medio hay otros participantes. Por ejemplo, está “el cobrador, que básicamente exige un pago no voluntario por la utilización del espacio público diariamente, junto al transporte de mercadería son las piezas claves de esta estructura comercial informal. “El cobrador, recauda, protege y arregla con las fuerzas de seguridad federal, mientras los transportistas proveen mercadería y redistribuyen”, relata un vendedor mayorista de la calle Perón”, según una investigación de la web Crimen y Razón.

Los manteros hace años que trabajan en la zona de Once y eso es así porque la policía les cobra una coima, como todas las actividades ilegales que se realizan en la calle. Al respecto, el legislador porteño Gustavo Vera, sostuvo que «el barrio de Once que se encuentra hace años cruzado por una poderosa red mafiosa que tuvo de comisario a Valdivia (Héctor Gerardo) ahora ascendido pese a que en octubre de 2013 ya dejábamos en evidencia con los vecinos y la iglesia las galerías con venta de celulares robados, los aguantaderos con narcos, más de diez prostíbulos y decenas de talleres textiles clandestinos».

El legislador recordó que encabezó reuniones en la Iglesia Nuestra Señora de Balvanera (más conocido por celebrarse San Expedito) o en el entonces Teatro IFT, para denunciar las actividades ilegales con la vista gorda de la policía. Sin embargo, el comisario Valdivia, que estaba a cargo de esa zona, fue ascendido hoy por el presidente Mauricio Macri a comisario inspector.

Los manteros son grupos organizados.

Los manteros son grupos organizados.

Hace cuatro años, La Alameda, la organización a la que pertenece Vera, denunció al comisario Valdivia por montar una puesta en escena contra los vendedores de teléfonos robados. “Las llamadas cuevas de venta de celulares y computadoras robadas, tan utilizadas por narcotraficantes y secuestradores para que no rastreen sus celulares, tienen varias causas penales en su contra desde hace una década, y hasta el propio jefe operativo del Ministerio de Seguridad Nacional, Sergio Berni, junto al titular de la comisaría 7°, Héctor Gerardo Valdivia, hicieron una puesta en escena sobre estos lugares ilegales. En un espectacular operativo montado por la dupla Berni y Valdivia, el 4 de julio (de 2013) allanaron con la División Delitos Tecnológicos dos locales de venta de celulares robados. En menos de 48 hs estos tugurios volvieron a reabrir”.

Cevasco confirmó que las organizaciones mafiosas están vinculadas con los talleres clandestinos, con el contrabando de la mercadería y de materia prima. Y que los delitos que se investigan, entre otros, son los de evasión impositiva y el lavado de dinero.

“En los procedimientos que se hicieron en Rivadavia y en Avellaneda secuestramos 14 vehículos y nunca fueron reclamados. Está claro que no quieren que el mantero se presente a declarar. Entonces la mercadería secuestrada nunca se reclama y la pasan a pérdida. Estamos trabajando en una investigación que es muy compleja. Porque vincular a cada mantero con la organización”, indicó Cevasco.

“No es fácil porque hay que avanzar desde la punta del ovillo hacia atrás. Vincular a cada mantero con el extremo de la organización. Hay que verificar si se trata de mercadería importada o confeccionada acá. Es un trabajo muy complejo y que se viene haciendo desde el año pasado. La idea es llegar hasta la cabeza, porque se maneja gran cantidad de dinero en efectivo y ese dinero a algún lado va. Y eso lo tenemos que encontrar”, precisó.


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