El ex ministro de Justicia bonaerense Ricardo Casal volvió a escena, esta vez, en su faceta de operador judicial y convocado por Daniel Scioli cuando la Cámara de Casación provincial, concretamente la Sala I, debe resolver si se reabre una causa por supuesto enriquecimiento ilícito.
Scioli recibe esta noticia desde un frente en el cual se pensaba seguro. Por eso el ex gobernador siempre cultivó sus vínculos con jueces federales como Ariel Lijo, Rodolfo Canicoba Corral o el camarista Jorge «Pati» Ballestero, en cuya jura estuvo en su rol de vicepresidente de Néstor Kirchner. Tiempos pasados.
Los nombres que ahora piden revisar el patrimonio del motonauta son desconocidos para las primeras planas de la prensa nacional. Se trata del fiscal de Casación Carlos Altuve, y de los camaristas Ricardo Maidana y Daniel Carral.
Estos dos últimos son cercanos al juez Carlos Mahíques, que tuvo un paso fugaz como ministro de Justicia de María Eugenia Vidal. La cercanía de Mahíques a estos jueces, sus encuentros con el supremo Ricardo Lorenzetti y la causa de Scioli habrían sido los motivos ocultos de su designación en el gabinete de María Eugenia Vidal.
Pero Casal también conoce bien a Maidana y Carral, de hecho solían organizar asados conjuntos y eran de los pocos que visitaban a Casal en su despacho reservado que no estaba en el Ministerio de Justicia bonaerense, sino en la Casa de los Derechos Humanos de La Plata.
El lugar estaba en un primer piso con vista a la calle donde el ministro organizaba sus encuentros no oficiales que transcurrían entre rondas de café, whisky según la hora y cigarrillos partidos a la mitad porque, al menos en ese entonces, decía que tenía que cuidarse para estar en forma cuando fuera ministro en el gabinete nacional. Ahora volvió a fumarlos enteros.
Casal es de las pocas personas con las que Scioli no se muestra malhumorado u hosco. Y es su ficha más importante para eludir el torbellino que se avecina y por el cuál recibe presiones de su entorno cercano como el empresario del juego Guillermo Gabella, el productor televisivo Lautaro Mauro y, por algún motivo más subterráneo, el titular de Swiss Medical, Claudio Belocopitt.