| Reunión frustrada

La historia secreta del día que Cristina iba a anunciar la salida de Nisman

La Presidenta Kirchner se iba a reunir con los dirigentes de comunidad judía el 30 de diciembre para anunciarles la salida del fiscal fallecido de la UFI-AMIA. Un imprevisto frustró el encuentro.

Cristina y Timerman fueron denunciados por Nisman.

Cristina y Timerman fueron denunciados por Nisman.

Por Rafael Saralegui

A fines del año pasado, la presidenta Cristina Kirchner estaba decidida a terminar con el reinado de Alberto Nisman al frente de la UFI-AMIA, la fiscalía especial que contaba con un presupuesto enorme y a la que había llegado de la mano su difunto esposo.

Las quejas sobre la labor de Nisman eran constantes, sobre todo entre los familiares de las víctimas del atentado contra la sede de la mutual judía, donde murieron 85 personas. “Se la pasa viajando y no hace nada”, era el lamento repetido.

Ese no era el único motivo. Nisman se había convertido en una figura molesta para el Gobierno –pese a la designación inicial de Néstor Kirchner- luego de que empezara a militar en contra del acuerdo firmado entre la Argentina e Irán para buscar una forma poco ortodoxa para interrogar a los cinco iraníes acusados por el ataque.

Nisman no estaba solo en esa cruzada: su principal ladero o guía, no está muy claro, era el ex hombre fuerte de la ex Side, Antonio “Jaime” Stiuso, desplazado de su cargo de virtual número 3 de la central de los espías, cuando el Gobierno decidió nombrar como nuevo jefe a Oscar Parrilli, a mediados de diciembre, y pasó a retiro a los históricos pingüinos amigos de Kirchner.

La firma del acuerdo con Irán había generado un enorme disgusto a la dirigencia de la comunidad judía en la Argentina, que no había ahorrado críticas al Gobierno por la polémica iniciativa. Para los dirigentes comunitarios, no había ninguna duda de que Irán había ideado, financiado y organizado el ataque contra la sede la calle Pasteur por lo que cualquier apartamiento de esa línea era casi una herejía.

Cristina Kirchner le había pedido a Aníbal Fernández que organizara una reunión con los dirigentes comunitarios para anunciarles la decisión de apartar a Nisman de la fiscalía especial. Según los dirigentes, Fernández compartía con ellos la misma creencia de que Irán era el responsable del ataque y no compraba otras teorías. Aunque esa convicción no se trasladaba a CFK.

Está claro que la Presidenta no podía por si misma apartar a Nisman de ese cargo, sino que era algo que debía hacer la titular de la ProcuraciónGeneral de la Nación, Alejandra Gils Carbó, con quien los canales estaban bien sintonizados para hacer la movida.

Aníbal Fernández, quien no había perdido los contactos con los dirigentes comunitarios puso manos a la obra. Les dijo que la Presidenta quería recibirlos en una reunión reservada en la Casa Rosada, para realizarles un anuncio “muy importante”. No les adelantó cuál era el motivo de la convocatoria, pero les garantizó el carácter secreto del encuentro: no habría fotografías ni nada parecido.

La invitación sorprendió a los dirigentes, pero después de un par de conversaciones decidieron asistir. Nadie rechaza la invitación de un presidente en ejercicio a la Casa de Gobierno por más enojo previo que haya. Acordaron una fecha: el 30 de diciembre último.

Los primeros contactos para el encuentro se realizaron en los días previos a la Navidad, dijo a CyR una fuente al tanto de las conversaciones. Pero un imprevisto provocó la suspensión de la reunión: Cristina Kirchner sufrió un accidente doméstico el viernes 26 de diciembre y se fracturó el tobillo izquierdo. La lesión provocó la suspensión de la reunión con los dirigentes y de toda la agenda presidencial.

Después ocurrió todo lo que ya se conoce: al regreso en medio de la feria judicial de enero de Nisman de su viaje a Europa, la presentación de la denuncia contra Cristina Kirchner y el canciller Héctor Timerman por encubrimiento para favorecer a los acusados iraníes. Y la muerte de Nisman pocos días después. Los dirigentes se enteraron de lo que iban a escuchar de labios de Cristina en la reunión frustrada en esos días agitados de enero.

En la Procuración aseguran que Gils Carbó nunca pensó en desplazar a Nisman de la UFI-AMIA porque debía enfrentar este año el postergado juicio por encubrimiento en el que se encuentra el ex presidente Carlos Menem entre los principales acusados.

De todos modos, Nisman les había dicho a muchas personas que temía por la continuidad en el cargo, en especial después de haber perdido a su principal aliado en la Side. La denuncia que Nisman preparaba contra la Presidenta no era un secreto: estaban al tanto de la existencia de ese escrito muchas personas que no eran cercanas al fiscal y que tampoco trabajaban en la UFI. “Se le contaba a todo el mundo”, exagera una fuente que tuvo buen trato con Nisman. Luego de que presentó la denuncia, Nisman sólo tuvo el respaldo de legisladores y dirigentes de la oposición. Los referentes comunitarios guardaron entonces un prudente silencio, quizás por que la denuncia no tenía las pruebas necesarias para involucrar a la máxima autoridad del Estado argentino.

 

 


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