Por Ignacio Ramírez.
El viernes 4 de octubre pasado, Lorena Morini (39) publicaba en su cuenta de Facebook: “yéndome a la cancha a ver al rojo SOMOS NOSOTROS que la cuenten como quieran barra hay una sola SOMOS NOSOTROS”. Se la veía en la red social a Lorena con amigas, una bandera que decía 4 de Junio, barrio pegado al estadio Libertadores de América, separado por las vías del Ferrocarril Roca.
El lunes 7, cerca de las 21, de acuerdo con la investigación de la Jefatura Departamental de Lanús, al menos cinco personas se enfrentaron a balazos justamente en barrio 4 de Junio, lugar fuerte de la barra oficial de Independiente “Somos Nosotros”, liderada por César “Loquillo” Rodríguez, que se ubican en la actual tribuna norte.
Todo comenzó, cuando un Gol Trend rojo, ocupado por dos personas, y otro coche no identificado con por lo menos tres ocupantes; arribaron a la esquina de Mansilla y Limay y comenzaron a disparar a mansalva. Morini quedó atrapada en la lluvia de balas. Un balazo le perforó el abdomen mientras bajaba una escalera. Horas más tarde moría en el Hospital Fiorito, mientras la otra mujer herida, Ema del Carmen Escalante (42) era dada de alta.
En esta auténtica guerra de barras sigue corriendo sangre, ahora de socios. Viró de disputa entre dos líderes en pugna y se cobró la primera víctima inocente. Dos bandos antagónicos que en otras épocas eran grandes amigos ahora se cruzan a los tiros por el control de los negocios que genera el dominio de la hinchada.
La investigación judicial, apunta que los asesinos están entre los 33 detenidos el viernes pasado, rodeados de facas, martillos, y armas de fuego que provocó la posterior suspensión del partido entre Independiente y Unión, por la B nacional. Fuentes internas de la DDI de Lomas de Zamora, aseguran que hay por lo menos cinco sospechosos identificados por haber participado de la balacera.
Aunque tampoco se descarta, en segundo plano, que en realidad se trate de un problema interno entre el sector Somos Nosotros que fueron detenidos en el allanamiento del viernes pasado, y que fueron liberados a las pocas horas a pesar de haberse encontrado armamento de fuego.
Fueron tantos los errores en el procedimiento policial, que el fiscal del caso no tuvo otra alternativa que liberar a todos los barras a las pocas horas. “No se puede omitir, que sea en realidad un pase de factura como consecuencia directa de las detenciones del viernes. El crimen del lunes es una muestra de que están dispuestos a todo. Entre los que se excarcelaron estaban los posibles autores materiales del crimen de la mujer hincha”, afirman fuentes judiciales.
La seria de allanamientos que produjo la suspensión del partido no desactivó lo que podría ser un enfrentamiento entre las dos facciones. Por el contrario, los ánimos de los violentos barras, están más caldeados que nunca y las amenazas van subiendo de tono. Mientras tanto las provocaciones por redes sociales por parte de El grupo Los Diablos Rojos, que comanda el ex jefe Pablo “Bebote” Alvarez y se ubica en la tribuna Sur del Libertadores de América, prometen venganza, y una pelea a muerte: “Ni olvido, ni perdón a los traidores que nos quisieron matar. Me voy a Practicar a poner la trampera jajajjaja. Hoy es el día, de arreglar las cosas con mokillo (en clara referencia a loquillo), se acaba el problema, así podemos ir tranquilos a la cancha”.
La interna de la barra del rojo, se cobró la primer víctima inocente, y promete pronto otro lamentable capitulo de violencia roja, y sangre. La feroz interna se reavivó con el crimen del lunes pasado, en los pagos del Barrio de Loquillo.