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Justicia en segunda vuelta

Por José Massoni*

No hay lugar para grises, manifestó el candidato a gobernador de Entre Ríos por el massismo al anunciar que en la segunda vuelta electoral votaría a Scioli para presidente.

No hay lugar siquiera para matices, sostengo desde mi lugar en Justicia Legítima, donde milito por un funcionamiento del Poder Judicial genuinamente democrático, plástico en la interpretación de los esquemas legales, tramitándolos a la luz constante de la aspiración constitucional de igualdad, carente para quienes no cuentan con poder real. En síntesis, pugnando para que luego de treinta años de democracia ésta permee el único poder del Estado que ha permanecido incólume a la erosión de los vientos participativos y democráticos, conservando su impronta conservadora, elitista, en cerrada corporación automarginada del pueblo a cuyo servicio debiera estar.

En esta hora, sostengo que debemos luchar fieramente por mantener el apoyo estatal a los juicios por delitos de lesa humanidad, que nos han colocado en el sitio de ejemplo mundial de lucha por los derechos humanos.

Es crucial contar con un Poder Ejecutivo que sostenga la propuesta para las vacantes en la Corte Suprema que no sean abogados de las multinacionales, los grandes capitales monopólicos o los cenáculos académicos de lustrosa prosapia oligárquica.

Es imprescindible, si se procura con autenticidad avanzar contra la inseguridad, la corrupción y los grandes delitos complejos, plasmar los inteligentes, prácticos y democráticos proyectos ya elaborados para instrumentar el código procesal penal federal en su integridad, incluidos los juicios por jurados en los casos de delitos graves.

No menos necesario es mantener e incrementar el apoyo del Estado a los Ministerios Públicos Fiscal y de la Defensa, sectores auxiliares de la administración de justicia donde se lograron sustanciales avances de eficacia en ampliación de servicio a la sociedad, con integrantes de impecable compromiso funcional, idoneidad y transparencia.

Debe reiterarse, mejorado, el intento de democratizar el Poder Judicial con el sentido sustancial que tuvieran los poderes ejecutivo y legislativo en la sanción de leyes que en 2014 fueran fulminadas por la corporación judicial, esa vez encabezada por la propia Corte Suprema.

Debe concretarse el clarísimo mandato constitucional de que la administración del Poder Judicial es incumbencia del Consejo de la Magistratura y no de la Suprema Corte.

Debe instaurarse el sistema público y oral en todos los fueros (civil, comercial, laboral, contencioso administrativo, además del penal).

Ninguna de estas imperiosas necesidades mínimas para continuar avanzando institucionalmente será cubierta si el próximo presidente fuese Mauricio Macri.

Los matices –alguno sustancial– sólo son posibles luego de la asunción de Daniel Scioli.

* Ex Juez de Cámara en lo Penal. Ex titular de la Oficina Anticorrupción. Vocal de la CD de Justicia Legítima.


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