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Investigan si La Garza Sosa abandonó su retiro y lidera bandas que hacen salideras

Por Rodolfo Palacios.

Hasta el viernes de la semana última, Gastón Damián Sosa era un músico  reconocido y valorado en el circuito under: su género preferido era el heavy metal. Pero en las últimas horas su nombre apareció en la prensa por otra de sus presuntas especialidades: las salideras bancarias. Esto no es todo: la noticia de su detención hubiese pasado inadvertida si no fuera por la mala fama de su padre: Hugo Sosa Aguirre, más conocido como La Garza Sosa, el mítico ladrón de camiones y

La Garza Sosa está retirado. Ahora asesora a un sindicato.

La Garza Sosa está retirado. Ahora asesora a un sindicato.

blindados de la superbanda del Gordo Valor.

Ahora la Justicia investiga si el viejo delincuente, que tiene 59 años, manejaba la banda que supuestamente integra su hijo de 42. Una fuente policial confió que en el ambiente del hampa se corría un rumor: “Más de uno dijo que La Garza manejaba dos o tres banditas de rastreros que hacía salideras. Ladrones de poca monta. Nunca tuvimos un dato concreto. Es más, hay ladrones que cuando los detienen chapean con La Garza, o roban y dicen que laburan para la Garza. Pero al caer su hijo se abrieron otras hipótesis”, dijo una fuente de la División Robos y Hurtos de la Federal.

Sosa fue detenido el viernes 25 en Mataderos, donde se presume que había intentado hacer una salidera, junto a otros dos hombres, una mujer y una travesti. Los arrestaron los efectivos de la División Fraudes Bancarios de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal. Aparentemente fueron sorprendidos cuando intentaban cometer un robo en Juan Bautista Alberdi y Lisandro de la Torre, cerca de una sucursal del Banco Nación.  Un cliente del banco había retirado dinero y fue marcado por la mujer y la travesti. Se cree que Sosa manejaba una moto que interceptó al cliente a 25 cuadras del banco, en Directorio y Olivera, en Parque Avellaneda. Pero los policías ya venían siguiendo a la banda en medio de una causa en la que se investigan si cometieron otras salideras  en Caballito, Flores y Mataderos.  La banda tenía además una camioneta y equipos Nextel.

Lo que llamó la atención es que el hijo de La Garza se movierala ciudad de Buenos Aires, un territorio desconocido por su padre, quien siempre se movió en la zona sur del conurbano bonaerense.

En las últimas semanas se corrió otro rumor sobre La Garza, que fue publicado por algunos sitios web y por diarios zonales de Tigre y Quilmes. Según una versión, el ex compañero del Gordo Valor era la cara visible de una fuerza de choque que trabajaba para el intendente Sergio Massa. “Es sabido que La Garza trabaja en gremios. Y no creemos que lo haga como administrativos”; dijo una fuente policial.

También se refirió a otro hecho en el que se mencionó a Sosa. “Una bandita de pibes en moto que hacían salideras contaron que habían laburado para La Garza, que él manejaba el auto y ellos se bajaban a hacer salideras. Y que ellos apretaban a la gente diciendo que el que iba en el auto era el Gordo Valor. Puede interpretarse como que Sosa buscaba manchar a su ex amigo y actual enemigo”, dijo la fuente policial.

Sin embargo, desde que salió en libertad, el 8 de noviembre de 2006, Sosa no estuvo envuelto en ningún conflicto policial. Al principio dio notas en el lavadero de autos de Quilmes que manejaba, luego se dedicó a buscar talentos en el fútbol infantil, inauguró un bar donde se organizaban recitales y al final entró a trabajar en el gremio de petroquímicos.

Damián Sosa llegó a organizar festivales de rock under y hasta se presentó con su banda. Siempre se mostró ajeno a la carrera criminal de su padre. De hecho no tiene antecedentes. De probarse que tuvo que ver con el delito que le imputan, quedó demostrado una vez más el viejo axioma según el cual los hijos de los ladrones históricos siguen el camino de su padre. Por ejemplo, el Gordo Valor tiene dos hijos y tres sobrinos con antecedentes por robo.

“La Garza está muy preocupado con lo que pasó con su hijo. Creemos que fue una confusión o que hubo algo armado. El muchacho no anda en nada raro, todo lo contrario. Siempre laburó y anda en el ambiente de la música. Y La Garza está limpio, labura, se levanta temprano y sigue escribiendo sus memorias”, dijo un allegado al ladrón retirado.

Sosa entró en la leyenda del hampa como uno de los delincuentes más pesados. Para su barrio, La Cañada, en Quilmes, fue el Robin Hood que les robó a los ricos y repartió parte del botín con los más pobres. La Justicia cree que fue el lugarteniente del Gordo Valor, líder de la Superbanda, y que juntos robaron más de 50 camiones blindados. Se fugó dos veces de la cárcel; en una lo hizo disfrazado de médico. El mito de su figura delictiva se agiganta cuando cuentan que, desde un puente, le disparó a la Policía con una ametralladora en la mano derecha y una pistola en la izquierda. El niega todo eso. Confiesa que fue un ladrón pesado, pero con códigos. “Ni la Madre Teresa, ni un monstruo”, suele decir este hombre que estuvo preso 12 años y jura que nunca volverá a robar porque se lo prometió a su familia.

 


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