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El Papa ya le marcó la cancha a la Argentina

Por Martín Dinatale

Los pronósticos de Cristina Kirchner no dieron resultado. El 18 de febrero pasado dijo que «a este Gobierno nadie le va a marcar la cancha» al referirse a los Estados Unidos , la prensa y la oposición. Paradojas del destino: la cancha se la está marcando el Papa Francisco , a quien la Presidenta ve como un aliado o un amigo de su gobierno.

Los duros cuestionamientos que realizó ayer el Papa sobre la situación del narcotráfico en la Argentina instalaron nuevamente en agenda un tema que preocupa al Gobierno.

«Hay países o zonas donde todo está bajo el dominio de la droga. Con respecto a Argentina, puedo decir sólo esto: hace 25 años era un lugar de paso de la droga, hoy en día se consume. Y no tengo la certeza, pero creo que también se fabrica», señaló Bergoglio a la revista La Cárcova News que se edita en la villa bonaerense de San Martin. Las expresiones de Francisco sobre el avance del narcotráfico en el país no son nuevas. Más bien, responden al documento de la Conferencia Episcopal argentina de 2013 donde alertaba sobre el tráfico de drogas en el país.

Tampoco es la primera vez que desde el Vaticano llegan mensajes para imponerle agenda a Cristina Kirchner. Con su genética jesuíta, el Papa alertó otras veces sobre la situación de la pobreza, la necesidad del diálogo y la búsqueda de transparencia en la Argentina.

Claro que en otras oportunidades y con su tonos zigzagueantes el Papa había evitado una crítica frontal hacia la Argentina. Entre la mención al documento de los obispos de la Celam que hablaba de la pobreza hasta la reciente idea de la «mexicanización» del país a la que aludió el jefe de la Iglesia, el Gobierno se dio el lujo de mirar para otro lado. Nunca acusó recibo y evitó un enfrentamiento con el Papa. Pero las expresiones de ayer fueron categóricas y no dieron lugar a evasivas.

Un encumbrado funcionario de la Casa Rosada aclaró risueño a LA NACION: «Sólo fue un mensaje interno del Padre Pepe Di Paola, que se encarga de hacer la revista La Cárcova News, hacia el padre Juan Carlos Molina de la Sedronar que está enfrentado con los curas villeros». Una lectura demasiado limitada a la micropolítica y ajena a la visión papal que el titular de la Sedronar abonó con su respuesta al Papa. «Hoy cualquier tipo de droga está al alcance de los jóvenes, pero la Argentina está lejos de ser un país productor», dijo Molina.

Todo parecía indicar que la escalada verbal contra el Vaticano quedaba allí. Sin embargo, el Gobierno tomó el guante y salió de su agenda. El jefe de Gabinete Aníbal Fernández fue más lejos en su enfrentamiento con el Papa, desestimó las consideraciones de Francisco y subrayó que «Naciones Unidas nunca le ha dado esa valoración» a la Argentina, y «mucho menos ha considerado que es un país de consumo».

El jefe de Gabinete debería repasar el informe de la oficina contra las drogas y el crimen de la ONU que el año pasado señaló que la Argentina está entre los tres lugares más mencionados como puntos de partida de la droga en el mundo, luego de ser consultados los países miembros sobre los embarques secuestrados en sus territorios. Para elaborar ese ranking se tomó en cuenta la captura de drogas entre 2001 y 2012. En esas evaluaciones, realizadas por las autoridades de cada país, se hizo referencia en repetidas oportunidades a la Argentina como lugar de despacho de los cargamentos de cocaína.

La misma discusión sobre el narcotráfico en la Argentina se dio hace dos años cuando en un documento titulado «Estrategia internacional para el control de drogas» el Departamento de Estado afirmó que la producción y el consumo de cocaína en la Argentina aumentó. En ese momento el Gobierno se trenzó en una dura puja con Estados Unidos.

Esta claro que el Papa no habla sin datos concretos. Cuenta con la histórica inteligencia vaticana. Se nutre de documentos y de fuentes directas. Tiene un ejército de curas en las villas que le transmiten a diario la cruda realidad de las drogas de la Argentina. También lo tiene a su amigo y diputado Gustavo Vera de la fundación La Alameda que le informa sobre lo que ocurre en muchos barrios marginales del Gran Buenos Aires.

«Todos sabemos que la política en la Argentina es sucia y se nutre del crimen organizado. La pobreza y las drogas van de la mano por lo que no se puede mirar para otro lado», alertó Vera a LA NACION.

El debate que abrió Francisco sobre las drogas le marcó la cancha al Gobierno, mal que le pese a la Presidenta. Pero la oposición también debería darse por aludida si lee con detenimiento todas las palabras del Papa. Es que el pontífice habló de las elecciones que se vienen y pidió para los comicios una «plataforma electoral clara», «honestidad» del candidato y «transparencia».

Sin vueltas, el Papa remarcó que «un candidato tiene que presentarse a la sociedad con una plataforma electoral clara, bien estudiada», dijo el Papa. Y bregó por «una campaña electoral de tipo gratuito, no financiada» para evitar conflictos de intereses. Quien quiera oír, que oiga.

La cancha está marcada desde Roma para el presente y el futuro inmediato de la Argentina. De nada servirá el retruque o el silencio. Los argentinos, al igual que el Papa, esperan mayor compromiso y acción directa de la dirigencia política.

Fuente: La Nación.