| Envió una carta a juristas

El Papa Francisco, en contra de endurecer las penas

El Papa escribió una carta a juristas en la que dice que endurecer las penas no baja los índices de delincuencia y exhortó a los medios a no generar «alarma».

Francisco se metió de lleno en el debate.

Francisco se metió de lleno en el debate.

El papa Francisco se metió de lleno en el debate sobre la reforma del Código Penal a través de una carta que envió a los participantes del XIX Congreso de la Asociación Internacional de Derecho Penal en la que señala que el endurecimiento de las penas no disminuye los índices de delincuencia ni resuelve los problemas sociales.

La carta fue enviada a Roberto Carles, quien es Secretario Adjunto de la Asociación Latinoamericana de Derecho Penal y Criminología y además fue el coordinador de la Comisión de Reforma del Código Penal de la Nación, que encabezó el juez de la Corte Eugenio Zaffaroni.

En la Carta el Papa puntualiza como «el gran reto» a cumplir en materia de seguridad «no contentarse con reprimir, disuadir y aislar a los que causaron mal sino ayudarlos a recapacitar y transitar por las sendas del bien».

La misiva destaca además que la Iglesia «plantea una Justicia que sea humanizadora, genuinamente reconciliadora, que lleve al delincuente a través de un camino de esforzada penitencia a su rehabilitación social y total reinserción en la comunidad».

El texto, que tiene al pie la firma de Francisco y está fechado el 30 de mayo en el Vaticano, comenzó a circular durante el fin de semana entre abogados y profesores de derecho penal. El anteproyecto de reforma del Código, elaborado por una comisión multipartidaria, fue torpeadeado por el líder del Frente Renovador, Sergio Massa.

La carta asegura que «el Señor ha ido enseñando que hay una asimetría necesaria entre el delito y la pena, que un ojo o un diente roto no se remedia rompiendo otro» y que se trata de «hacer Justicia a la víctima, no de ajusticiar al agresor».

En este sentido, la misiva firmada por el papa Francisco, plantea que «sería un error identificar la reparación sólo con el castigo, confundir la Justicia con la venganza, lo que sólo contribuiría a incrementar la violencia, aunque esté institucionalizada».

«La experiencia nos dice que el aumento o endurecimiento de las penas con frecuencia no resuelve los problemas sociales, ni logra disminuir los índices de delincuencia», sostiene el texto y agrega: «Cuántas ocasiones se ha visto al reo expiar su pena objetivamente, cumpliéndola, pero sin cambiar interiormente ni restablecerse de las heridas del corazón».
La carta detalla también que de los medios de comunicación «depende informar rectamente y no contribuir a crear alarma o pánico social cuando se dan noticias de hechos delictivos».

«Están en juego la vida y la dignidad de las personas, que no pueden convertirse en casos publicitarios, condenado a los presuntos culpables al descrédito social antes de ser juzgados o forzando a las víctimas, con fines sensacionalistas, a revivir públicamente el dolor sufrido», dice la carta respecto al papel de los medios.

El Santo Padre precisa además que no pocas veces «la delincuencia hunde sus raíces en las desigualdades económicas y sociales, en las redes de la corrupción y en el crimen organizado» y destaca que para prevenir este flagelo «no basta tener leyes justas es necesario construir personas responsables y capaces de ponerlas en práctica».

El Papa hace votos en su misiva para que se den los pasos necesarios «para que el perdón no se quede únicamente en la esfera privada, sino que alcance una verdadera dimensión política e institucional y así crear unas relaciones de convivencia armoniosa».

«Cuánto bien se obtendría si hubiera un cambio de mentalidad para evitar sufrimientos inútiles, sobre todo entre los más indefensos», sostiene el papa Francisco.

El Sumo Pontifice impulsa en la carta a los juristas a que «vayan en este sentido» ya que aquí «radica la diferencia entre una sociedad incluyente y otra excluyente que no pone en el centro a la persona humana y prescinde de los restos que ya no le sirven».

«Que el Señor Jesús, que fue despojado inícuamente de todo, les conceda el Don de la sabiduría para que sus diálogos y consideraciones se vean recompensadas con el acierto», concluye la carta del Papa hacia los juristas.


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