Por Ignacio Ramírez.
Una organización criminal maneja el negocio de la reventa de entradas del fútbol argentino. Se trata de una red con lazos en las barras bravas y los dirigentes de los clubes que perjudican a los socios y a los hinchas honestos de los clubes. La trama secreta de una corrupción millonaria tiene una nueva pata ilegal: las agencias de turismo, con vínculos políticos y dirigenciales.
En los últimos años la reventa de entradas en espectáculos masivos, ya sean deportivos o artísticos, es una realidad ganada por una organización que da rienda suelta a la reventa. La oferta se hace por internet, clasificados de los diarios, y en la puerta de los eventos. Pero hoy el circuito irregular de la reventa tiene nombres y apellido.
El tema del canje es un ritual y una odisea que padece habitualmente el socio de River. Con el superclásico pasó lo mismo. Semanalmente, en minutos el sistema colapsa, y en escasos siete a quince minutos, las entradas se esfumaron. Eso sí, antes del canje, los portales de venta de productos, y los revendedores, ya se jactan de tener entradas. En el último superclásico, se pagó 20 veces más el costo real de la entrada. La friolera de 2200 pesos.
“Hay una organización que tiene un manejo espurio de las entradas, entre los roles hay unas pocas personas que consiguen las entradas, otras que se encargan de la venta por Internet, y otras que concretamente se ubican en determinados lugares cerca del estadio para revender o les entregan a aquellos que las compraron telefónicamente», dijo el fiscal contravencional de la ciudad Norberto Brotto, quien tiene en marcha una investigación por la reventa de entradas vinculada con la barra de River.
Mucho se habla de la reventa y las complicidades. En la calle Caminito, en La Boca, funciona una agencia de turismo irregular, Conexión Baires. Las populares costaban 1000 pesos y las plateas 1200. La agencia trucha, es promovida desde el bar La Perla, propiedad del hijo del Defensor del Pueblo Adjunto y del Turista de la Ciudad de Buenos Aires, José Francisco Palmiotti.
La agencia Tangol, otro ejemplo, registrada en la Secretaría de Turismo, con dos sucursales y gran difusión, ofrece ingreso a los partidos, pero ni River ni Boca tiene un acuerdo formal que la autorice a comercializar estas entradas de forma legal.
El caso de Acceso Vip, es diferente. Figura como una empresa dedicada al entretenimiento y a la venta de tickets para eventos en general. Desde su web, las opciones para el superclásico eran: populares a 500 o plateas a 600 pesos. El dueño, es el hijo de Horacio Minoli quien fue acuchillado en octubre del 2011 por el dirigente riverplatense Rubén Cecatti, en la puerta del Club Sunderland, de Villa Urquiza. El club Sunderland, es un lugar de encuentro habitual de dirigentes y ex presidentes de River.
En los tres casos, las agencias tienen vínculos políticos que la Fiscalía de Saavedra trata de probar. Un defensor de la ciudad, con amistad con el presidente de Boca, un dirigente de River con domicilios legales en un club de barrio, y dos barras de River y Boca; forma parte del combo de reventa ilegal.
La reventa por internet es un negocio inmanejable. Es el principal financiamiento de las barras y algunos dirigentes. Para los negocios no hay rivales, el dinero sucio no tiene camiseta. Las agencias de turismo, son un puntapié que la justicia debería aprovechar, para descubrir a los testaferros de las entradas. La telaraña del dinero sucio tiene indicios directos del club millonario Las entradas de canje socio con expresa aclaración prohibida su venta, costo cero pesos, están en manos de los dirigentes corruptos. No existe padrón oficial, ni listado que dé cuenta sobre las diferentes localidades gratuitas, que cuentan con dos números de control: uno interno, y el otro de la serie para su posterior imprenta.