| Repercusiones y reacciones

Después del 18F la interna entre los fiscales está más viva que nunca

Campagnoli y Sáenz quieren seguir en su embestida contra el Gobierno, mientras Marijuán y Stornelli prefieren regular. El papel de los jueces federales.

Un grupo de fiscales encabezó la marcha.

Un grupo de fiscales encabezó la marcha.

En Comodoro Py todavía se palpitan los efectos del 18F. Desde el arranque de esta semana persisten las internas que crecieron durante el fin de semana entre José María Campagnoli y Ricardo Sáenz contra Raúl Plee y Guillermo Marijuán. Los primeros quieren seguir la escalada contra el Gobierno y los segundos buscan regular.

Marijuán fue protagonista en la marcha aunque ahora tendrá una prueba dura en la Casación Penal. La Sala II, la más cercana al Gobierno, que integran Alejandro Slokar, Pedro David y Angela Ledesma tienen que revisar una causa contra Julio De Vido en la cual Marijuán habría obstruido la posibilidad de que la fiscalía de Investigaciones Administrativas fuera tras el ministro.
Es evidente. En esos tiempos el gran aliado político del fiscal, Sergio Massa, era jefe de gabinete de Cristina Fernández. De hecho, es tal el vínculo que quien fuera secretaria privada de Massa en la Anses luego pasó sin escalas a la fiscalía de Marijuan y se transformó en una de sus colaboradoras más cercanas al punto de reunirse los fines de semana en los tribunales de Retiro.
Ricardo Sáenz también tiene una parada difícil en su propio fuero, porque varios integrantes de la Cámara del Crimen ya lo están acusando cada vez con más ímpetu de filtrar datos de la fiscalía de Viviana Fein hacia Clarín. Sáenz estaba en el fuero federal pero debió salirse, muy a su pesar, cuando sus superiores lo cuestionaron por ciertas irregularidades. Está enfrentado al gobierno desde la vicepresidencia de la Asociación de Magistrados.
Hasta ahora todo indica que prevalecerá la moderación porque también hay una bajada de línea muy fuerte desde los jueces federales que prefieren abocarse a sus expedientes que es donde tienen mayor poder de fuego contra el Gobierno.
Claudio Bonadío es, paradójicamente, uno de los críticos más certeros de la marcha, algo que también tiene que asimilarse desde la guerra secreta que ese juez siempre tuvo contra Alberto Nisman y su aliado Jaime Stiuso. Y eso que es el que tiene las causas más calientes contra el kirchnerismo.
El giro hacia la mesura también tiene motivaciones políticas. Daniel Scioli le habría pedido expresamente a Carlos Stornelli que la movida judicial baje unas cuantas revoluciones. Por eso el fiscal ahora dejó el espiritu combativo. Es muy lógico: esta jugando a que el gobernador lo tenga en cuenta para un eventual gabinete. Hace tiempo que la fiscalía dejó de ser lo suyo.

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