Por Rafael Saralegui
El crimen de Candela Rodríguez, la nena de 11 años asesinada en agosto de 2011, parece por fin encaminarse hacia sus verdaderos motivos. Una trama en la que aparecen involucrados narcotraficantes, buchones y efectivos de la Policía Bonaerense, ligados con ese mundo de negocios ilegales.
Por el crimen de Candela hubo un juicio oral y tres condenados. El 20 de septiembre del año pasado, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Morón condenó a prisión perpetua a Hugo Bermúdez (60) y Leonardo Jara (40) como «coautores». Fabián Gómez (46) fue sentenciado a cuatro años de prisión como partícipe secundario, pero permanece en libertad.
Pero esta semana la investigación volvió a cobrar impulso con la decisión del fiscal Mario Ferrario de llamar a prestar declaración indagatoria a otros sospechosos. Ellos son Héctor «El Topo» Moreyra (50), quien durante la investigación estuvo preso aunque luego fue liberado, el policía bonaerense Sergio Chazarreta, Néstor Altamirano (59) -otro de los que ya estuvo imputado- y el narcotraficante Miguel «Mameluco» Villalba (55), condenado por tráfico de drogas, detenido días antes del secuestro de Candela y fugaz candidato a intendente de San Martín, en su momento de mayor exposición mediática.
Los jueces Diego Bonanno, Raquel Lafourcade y Mariela Moralejo dijeron al dictar sentencia que el móvil de la privación ilegal de la niña fue un «ajuste de cuentas contra el padre (de Candela), por algún ilícito que este cometiera», en referencia a Alfredo Rodríguez, quien al momento del secuestro de su hija cumplía condena por piratería del asfalto.
«Siempre se barajó la hipótesis de que había participado de un hecho contra algún personaje del narcotráfico y se sospechó fuertemente que esa persona podía ser Héctor ‘El Topo’ Moreyra, quien desde un comienzo estuvo vinculado e imputado en la causa, aunque después esta línea investigativa increíblemente se desactivó», aseguraron los jueces.
En su dictamen, el fiscal Ferrario sostuvo que Candela fue secuestrada por tres hombres que «la ingresaron contra su voluntad a una camioneta marca Ford, modelo Ecosport, color negra, con la patente trasera cubierta cuyo dominio posterior pudo determinarse, el que resultó ser FLA 198, que para ese entonces se encontraba registrada a nombre de Alicia del Carmen Cádiz, concubina del teniente primero de la Policía de la Provincia de Buenos Aires Sergio Fabián Chazarreta y sobrina de Héctor Moreyra».
Según la fiscalía, Candela fue llevada hasta una casa situada en Villa Tesei, con la participación de los que fueron condenados el año pasado: “ habiendo habilitado el ingreso a dicha vivienda Néstor Ramón Altamirano, quien frecuentaba dicha morada y vivía a la vuelta de la misma”.
Los jueces habían dicho durante el debate oral que el móvil del crimen había que buscarlo en alguna clase de venganza contra el padre de Candela. Y así lo sostiene la fiscalía, cuando afirma -según Clarín- que «la organización criminal actuaba con una clara distribución de roles, encabezada por Miguel Ángel Villalba y cuyo objetivo, entre otros, fue obtener el dinero que erróneamente sus autores pensaban que había recibido el padre de la menor para haber entregado al nombrado Villalba a las autoridades policiales, actividad ésta efectivamente realizada por Héctor Moreyra, quien informaba a distintas agencias de seguridad todo lo relacionado con el narcotráfico de San Martín».