El juez federal Julián Ercolini tuvo una reunión con el casi seguro próximo presidente Alberto Fernández en el un hotel céntrico semanas antes de las elecciones del 11 de agosto, que le abrieron el camino hacia la Casa Rosada.
Solo ellos dos conocen el contenido de esa conversación pero lo cierto es que tuvo un final casi escandaloso. A los pocos días Fernández se coronaba como claro ganador de las PASO y en la semana posterior al triunfo el juez federal comenzó a deslizar a su círculo directo que analizaba renunciar al juzgado.
«Yo no voy a vivir como un arrastrado como (el fiscal federal Gerardo) Pollicita, que ya se cansó de mandarle mensajes de Whats APP a Alberto y el otro ni le responde», disparó ante los secretarios de su juzgado, dijeron fuentes judiciales.
El juez Ercolini y Alberto Fernández supieron tener años atrás una buena relación. Siempre se dijo que había sido el candidato quien lo propuso para ocupar el cargo en los tiempos de Néstor Kirchner presidente. Los dos habían sido compañeros en la cátedra de derecho penal que encabezaba el fallecido procurador Esteban Righi. Pero eso fue allá lejos y hace tiempo. Ercolini se conviritió en los últimos cuatro años en uno de los jueces preferidos de Cambiemos.
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La prisión del empresario Cristobal López terminó por detonar esa relación porque Fernández siempre fue de la idea de que la detención fue operada por el ministro de Justicia, Germán Garavano. Así lo dicen escritos firmados por la defensa de López. En realidad Fernández señala, en privado, a Gustavo Arribas, jefe de la AFI.
Ahora que la libertad de López es cuestión de horas conviene recordar uno de los escritos de la defensa: «Fuimos parte de un esquema de persecución política. Tengo una prueba sustantiva. Uno de mis activos fue secuestrado de manera ilegal. Nos detuvieron a pocos días de la reforma de la seguridad social para compartir la agenda de diciembre de 2017. Garavano le requirió la detención a Ercolini por instrucción de Macri”.
Todavía Ercolini no está en edad jubilatoria pero el amague de una posible salida ya circula por diversos círculos, en especial en la Corte Suprema de Justicia, donde el juez tiene en Ricardo Lorenzetti a su principal aliado.
A Ercolini se lo señala además por haber sobreactuado en la causa por la muerte del fallecido fiscal Alberto Nisman, abonando la tesis del homicidio pese a todas las evidencias en contrario que hay en el expediente.