| Oposición de la comunidad educativa

Quieren poner rejas a la Plaza Mafalda (por la maldita inseguridad)

La obra tiene un costo de 2,5 millones de pesos. Padres, docentes y alumnos realizaron un abrazo para pedir que no se encierre la plaza. Otras alternativas.

Vecinos, padres, alumnos y docentes abrazaron la plaza.

Vecinos, padres, alumnos y docentes abrazaron la plaza.

Por Rafael Saralegui.

-Papá, ¿sabías que le quieren poner rejas a la Plaza Mafalda?

-No, ¿y por qué?

-Dicen que por la inseguridad. ¡Y se van a gastar dos millones y medio de pesos! Y a la escuela sólo le dan 60 mil pesos por año.

Fermín, tiene ocho años, y está en tercer grado de la Escuela 13, Raúl Scalabrini Ortíz, situada en el barrio de Colegiales, frente a la Plaza Mafalda, sobre la calle Conde al 200. En estos días el maestro les tomó prueba de cuentas: división y multiplicación. Le encanta hacer cálculos mentales. De modo que se da cuenta de las proporciones: dos millones y medio de pesos es mucho dinero. Y también se da cuenta, en su pura indignación, que si a la plaza se la encierra no será lo mismo. En la escuela les contaron que reciben sólo 60 mil pesos por año para realizar obras de mantenimiento o infraestructura. La escuela no se encuentra en mal estado, pero podría estar mucho mejor, claro.

El lunes 29, al mediodía, alumnos, padres y docentes de la Escuela 13 realizaron un abrazo simbólico para oponerse al enrejado de la Plaza Mafalda, el mismo día en que se cumplieron 50 años de la primera publicación de la tira de Quino en la revista Primera Plana. La creación de Quino sigue vigente por su significado: es un canto a la libertad y a la resistencia. El acto de los chicos en la plaza tuvo la misma intención: se trata de aprender a vivir en libertad.

Durante la tarde del sábado, frente al cartel que anuncia el comienzo de las obras, dos vecinos del barrio, que paseaban a sus pichichos, decían que estaban de acuerdo con el enrejado. “Acá de noche no se puede pasar. Se juntan los pibes en el medio de la plaza y pasa cualquier cosa”, decía una señora. Otro hombre, que rondaba los 70, acotó: “Cuando quisieron poner las rejas en el Parque Centenario, pasó lo mismo. Hicieron un lío bárbaro, pero ahora están todos contentos”.

Las rejas de la plaza dividen: no todos están de acuerdo con que las pongan ni todos están de acuerdo con que no se haga nada. Como en tantos otros temas, qué hacer para mejorar la seguridad, es motivo de debate.

“Que pongan un guardia”, propone Fermín, a la búsqueda de una solución al problema que en general preocupa más a los adultos mayores. Que se mejore la iluminación, que se mantenga la limpieza del paseo, que se generan actividades deportivas o recreativas durante la noche para no abandonar el espacio público, podrían ser otras alternativas, antes que las rejas.

El sábado último, la cooperadora de la escuela organizó una kermese para recaudar fondos. Con los 60 mil pesos que se reciben por año por parte del gobierno de la ciudad para tareas de mantenimiento apenas se cubren las cuestiones más básicas. El enrejado de la plaza tiene un presupuesto de 2.420.204 y estará a cargo de la empresa Eduardo Caramian. Los docentes y padres de la escuela dicen que no se consultó a la Junta Comunal 13 y que la obra fue decisión exclusiva del Gobierno porteño. En la página de change.org hay una aplicación para firmar una petición al gobierno del PRO para que suspenda la obra y abra el diálogo con la comunidad educativa.


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