Guillermo Yacobucci quiere volver a la Cámara de Casación Penal. Ex juez subrogante de esa instancia, dejo el cargo luego de no haber sido confirmado por Néstor Kirchner y ahora aviso que concursará para cubrir una de las cuatro vacantes que actualmente se presentan en el mismo tribunal. Además de ser recordado por su solidez académica, también fue uno de los jueces que firmó la excarcelación de los ex represores Alfredo Astiz y Jorge «Tigre» Acosta.
Les dice a sus amigos que tiene pocas chances en el concurso porque el jurado lo integran el camarista de la Casación, y allegado a Raúl Zafaroni, Alejandro Slokar y la también camarista Ángela Ledesma, cercana a las doctrinas del garantismo.
Y es que Yacobucci guarda una historia particular ya que antes de hacerse conocido como juez se destacaba como editorialista en la revista nacionalista Cabildo que todavía se distribuye. En 1977 firmó el texto “Cocineros antes que frailes”.
Con prosa hábil y tono indignado el magistrado analizaba la política española y destilaba lo más recalcitrante de su ideología: “el pueblo español ha preferido los derechos humanos de los guerrilleros al derecho insobornable de la Patria, optó por la fastidiosa palabrería de los políticos, entregando la serena palabra de los jueces, cambió la humilde justicia de la verdad por la amnistía de los asesinos, los tribunales económicos por la usura, la soberanía nacional por la soberanía popular”. Al pie del texto figuraban las iniciales de Yacobucci quien por ese entonces iniciaba su ascendente carrera judicial.
En 1978 hizo su reaparición comentando la nota de tapa. El tema era la posible guerra con Chile. Su propuesta, como siempre, tajante: “nada más irrevocable que la posesión adquirida a costa de la sangre”, en si una forma elegante de sugerir que había que dar la vida por la causa.
Sus editoriales anticipaban lo que vendría más tarde. Bien relacionado con el Opus Dei, fue subiendo en el escalafón del Poder Judicial hasta llegar a ocupar el cargo de juez subrogante en la Cámara de Casación Penal.
Desde ese estrado, a fines del 2008, optó por votar en favor del cese de la prisión preventiva para Alfredo Astiz y Jorge “el Tigre” Acosta, entre otros ex represores de la ESMA. Todos buenos muchachos. La justificación era que habían pasado demasiado tiempo presos sin una condena. La apelación del fiscal Raúl Plee y la movilización de los organismos de Derechos Humanos lograron frenar la decisión de los camaristas.
Volvió a estar en el candelero cuando en 2005 condenó al barra brava Rafaél Di Zeo y a otros violentos de la hinchada de Boca. Luego del fallo le hicieron varias notas en medios deportivos en las que contaba que su hijo era de Boca y el un habitual plateista y que despúes de su fallo iba a ir más tranquilo a la Bombonera.