Cuando hoy se reactive la vida judicial tras la feria de invierno todas las miradas se volcarán sobre la Cámara Federal y el avance de la causa Ciccone. Ese apuro se justifica en parte porque salvo las peripecias judiciales de Amado Boudou, la trama no tuvo gran densidad informativa luego de la serie indagatoria-.procesamiento-
El camarista Eduardo Freiller ya dio instrucciones a los secretarios de la Sala I para que el caso Ciccone se cocine a fuego lento. La fecha preferente apuntaría recién a la primer semana de noviembre para que haya novedades.
En realidad, tanto Freiller como sus colegas Eduardo Farah y Jorge Ballestero, coinciden en que van a confirmar todos los procesamientos con una sola excepción que los divide: los Ciccone. Para Farah no estaría claro cómo éstos pasaron de ser testigos a sospechosos en el procesamiento de Ariel Lijo. El fiscal Jorge Di Lello fue el impulsor del procesamiento al clan Ciccone.
Hay temas que, llamativamente, quedan en el camino. Tal como ya contó CyR, Lijo no volvió a mostrar interés en interrogar el abogado Fabián Carozzo Donatiello que le alquilaba un departamento en Puerto Madero a Boudou para luego alquilarlo a Alejandro Vandenbroele. Tampoco se volvió a saber nada del director argentino del Banco Mundial Guido Forcieri. Este fue señalado por el asesor de la AFIP Rafaél Resnick Brenner como quien introdujo a Núñez Carmona en el ministerio de Economía. Lijo lo citó y Forcieri zafó dos veces alegando que sus compromisos en Estados Unidos por la polémica con los buitres le impedía bajar a Buenos Aires. Es raro: Forcieri en ningún momento formó parte de la negociación que terminó en el default ni se reunió con Kicillof en Nueva York, siguió tranquilo, con su vida en Washington.
Freiller cree que la idea que se impondrá en la Sala será la de dividir la causa para que se arme un expediente paralelo que investigue la ruta del dinero, algo muy difícil para Lijo porque el banquero Jorge Brito, uno de los apuntados, es amigo de su familia y tiene buen trato con Fredy Lijo, hermano del juez y operador judicial. Tiene trato hasta con Fabián Lijo, el menor de los tres, que luego de un año sabático en España volvió hace algunos meses y nadie sabe bien a qué se dedica pero tiene contacto habitual con el banquero.
En el plano procesal ya no quedan grandes estruendos: Boudou seguirá apelando en todas las medidas posibles y el año que viene Lijo enviará la causa a un juicio oral que se sustanciaría tal vez en 2016, cuando ya haya dejado su cargo y sus fueros.