
La marcha al Congreso de los jubilados juntos con varias hinchas de fútbol tuvo un final violento por la represión ordenada por el Gobierno libertario: 150 detenidos y 15 personas heridas, entre ella una mujer, y un fotógrafo, que está grave.
La Comisión Provincial por la Memoria denunció que se trató de un operativo desproporcionado: miles de efectivos de Gendarmería y Policía Federal, «desataron, apenas iniciada la movilización, la más cruenta represión contra los jubilados».
«Tiraron gas pimienta y balas de goma, golpearon, empujaron, y avanzaron con tanques hidrantes contra los manifestantes», agregó el organismo provincial de defensa de los derechos humanos.
En medio de la represión un efectivo de la Policía Federal agredió brutalmente a una jubilada que participaba de la movilización frente al Congreso para protestar contra el ajuste de Javier Milei.
En el video difundido por redes sociales puede verse cómo la mujer se acerca a uno de los uniformados, quien se da vuelta y, casi sin mediar palabra, la empuja violentamente.
La jubilada cae desplomada al piso, y queda tendida sin poder moverse por un fuerte golpe en la cabeza. Después se pudieron ver imágenes de sangre en la cabeza de la mujer como consecuencia del golpe que le dio el efectivo de la Federal.
El episodio reavivó el debate sobre el uso desmedido de la fuerza en protestas sociales y generó un fuerte repudio contra la represión ejercida en la movilización de los jubilados, quienes exigían mejoras en sus haberes y el acceso total a los medicamentos del PAMI.
Los manifestantes fueron reprimidos con gases lacrimógenos, camiones hidrantes y balas de goma por parte de la Policía Federal, la Gendarmería y la Policía de la Ciudad, que buscaron garantizar el tránsito en las calles que rodean al Congreso.
Si bien en un principio las fuerzas de seguridad lograron su cometido, los incidentes fueron en aumento durante la tarde, por lo que el tránsito quedó interrumpido en las avenidas Callao y Rivadavia, donde los manifestantes arrojaron piedras e incendiaron los depósitos de basura.
Los jubilados, que habían convocado a la protesta para las 17, como todos los miércoles, estuvieron acompañados en esta oportunidad por hinchadas de distintos clubes de fútbol, gremios de la CGT, agrupaciones de izquierda y organizaciones políticas.
Personal del SAME y de la Cruz Roja asistió a algunos manifestantes que resultaron heridos durante la protesta por el uso de gas pimienta y del agua utilizada por los camiones hidrantes.
La Policía Federal detuvo a un número indefinido de personas durante los incidentes, del que tampoco estuvieron exentos los periodistas, quienes necesitaron custodia policial para hacer su trabajo.
El sacerdote Francisco «Paco» Olveira, que integra el Grupo de Curas en Opción por los Pobres, sostuvo que la represión de las fuerzas de seguridad sobre la marcha de jubilados es una «vergüenza» y configura una «verdadera dictadura».»
Es una vergüenza, una verdadera dictadura», sostuvo Olveira, en declaraciones a la Agencia Noticias Argentinas, al participar de la protesta en el Congreso.
Y añadió: «Hoy, si yo fuera policía, tendría que renunciar y buscarme otro trabajo, porque no puede ser que lo único que hagan sea pegarle a la gente».