| Un año sin Santiago Maldonado

«Ustedes saben»

Por Carlos Pisoni

Hoy se cumple un año sin Santiago. Sin su sonrisa soñadora, sin sus tatuajes, sin sus viajes de mochilero, sin su espíritu solidario con los pueblos originarios. Un año sin su vida.

Desde los primeros días, los organismos de derechos humanos decidimos acompañar a la familia y tomar, como hemos hecho en otras oportunidades, este caso de desaparición forzada como propio. Porque Nunca Más desaparecidos no es un slogan de campaña. Siempre supimos que se trataba, lamentablemente, de un caso más de violencia institucional en nuestro país, como tristemente lo marcó la historia.

El macrismo llegó para profundizar una de las grandes deudas de nuestra democracia, que es la democratización de las Fuerzas de Seguridad. Torturas, vejámenes, malos tratos, asesinatos y desapariciones son palabras comunes en nuestro vocabulario y que no deberían ser naturales en los ámbitos de la militancia, en un país donde corrió tanta sangre y cuando quienes cometieron los delitos más atroces están siendo juzgados.

Siempre dijimos que la importancia del proceso de Memoria, Verdad y Justicia no radica en su ligazón con el pasado reciente. Si un desaparecedor como Videla o un torturador como Patti son condenados a prisión perpetua es reparador para los familiares de las víctimas, pero también para nuestra Patria, fundamentalmente para que Nunca Más haya desaparecedores o torturadores. En la desaparición forzada seguida de muerte de Santiago está esa deuda de democratización de las Fuerzas de Seguridad. Y todo este camino de lucha se torna aún más arduo cuando desde el poder central se justifica la represión, se promueve a quienes la ejecutan, se estigmatiza a los familiares de la víctimas y a la conflictividad social se le responde con más represión y con la propuesta de sacar a las Fuerzas Armadas a las calles.

Este año sin Santiago nos encuentra con el premio a los garantes de la impunidad en la causa: el gendarme Echazú, al que se lo ve subiendo ensangrentando desde el río, ascendido a alférez; el entonces jefe de gabinete de Patricia Bullrich, Pablo Noceti, quien para muchos fue quien dirigió el operativo represivo, hoy es secretario de Estado; la fiscal subrogante Silvina Ávila, quien mandó a pinchar los teléfonos de la familia Maldonado, continúa a cargo de la fiscalía y no fue removida por el procurador Casal; el juez Guido Otranto, quien cajoneó, embarró y direccionó la causa, hoy es promovido por el Gobierno para camarista federal.

Pasó un año, con muchas certezas, pero, sobre todo, con más preguntas que respuestas.

Si Santiago se ahogó, como sostienen el Gobierno y las corporaciones mediáticas: ¿Por qué se promueve a todos los que hacen que la investigación no avance? ¿Por qué se lavaron las camionetas de Gendarmería? ¿Por qué se fraguaron las actas de entradas y salidas de los vehículos y el personal? ¿Por qué se mintió sobre el número de gendarmes que participaron del operativo represivo? ¿Qué hacía el jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad allí? ¿Por qué no se cruzaron las llamadas de Noceti? ¿Por qué el ex funcionario Cané preparó las declaraciones de los gendarmes en la causa? ¿Por qué se aceptó a Gendarmería, y por ende al Gobierno, como querellante en la causa, por lo que accedieron a toda la información e investigación, aún cuando había secreto de sumario? ¿Por qué se hizo espionaje sobre la familia Maldonado?

Lo cierto es que sin la fuerza de una familia que buscó Verdad y Justicia desde el primer día, contra viento y marea, sin la movilización popular que colmó las plazas del país en varias oportunidades, sin los millares de imágenes con el rostro de Santiago que poblaron el país y el continente, hoy el cuerpo de Santiago no estaría con nosotros.

Y Santiago apareció y varios pudimos estar presentes en ese rencuentro de Santiago con su familia, en ese entierro de Santiago, que muchos H.I.J.O.S. aún seguimos esperando que llegue para nuestros padres y madres. Hoy la familia Maldonado tiene su cuerpo,pero Santiago no descansa en paz. Para que ese cuerpo descanse en paz, hoy nos toca a los que somos parte de la militancia, y a la sociedad en su conjunto, luchar por el juicio y castigo a quienes lo desaparecieron y asesinaron.

¿Qué pasó con Santiago? ¿Qué hicieron con su cuerpo? ¿Quiénes son los responsables?

Como le dijo Lita Boitano a la ministra de Inseguridad Patricia Bullrich en la reunión que mantuvimos a semanas de su desaparición: “Ustedes saben qué pasó con Santiago. Ustedes saben”.

* Integrante de Hijos Capital.

Fuente: Página 12.


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