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Una masacre silenciada

Por Claudia Cesaroni*

El 14 de marzo de 1978, a las 8.15 de la  mañana, una patota de penitenciarios entró al pabellón 7 de la Cárcel de Villa Devoto. La mitad eran del cuerpo de requisa, la otra mitad, de los grupos especiales de represión: un total de 70 funcionarios del Servicio Penitenciario Federal, con palos, escudos y cascos, gritando y pegando a mansalva. En el pabellón 7 había 161 presos «comunes». Primero corrieron al fondo, como cada vez que ingresaba la requisa. Pero la ferocidad de esa mañana, la violencia desmedida, y el intento de llevarse a un preso que había osado desobedecer la orden de apagar el televisor, soliviantó a los presos más jóvenes, que intentaron defenderse a golpe de puño. Entonces, la masacre, disfrazada de motín. Los funcionarios se replegaron. Cerraron las puertas con candado, comenzaron a disparar. Los presos intentaron defenderse poniendo colchones para que las balas no pasaran entre los barrotes. Desde la pasarela cayó querosén, un calentador encendió el fuego, y ningún penitenciario lo apagó. A los presos que intentaron asomarse a las ventanas, les dispararon desde el patio y la calle.  A los sobrevivientes, los molieron a palos, y algunos murieron, no por las balas, o el humo, o el fuego, sino por los palazos.

Las presas políticas que estaban en el pabellón 5 escucharon, olieron y vieron aterradas lo que les sucedía a los presos comunes, los mismos que solidariamente les compartían un poquito de sal para que no se deshidrataran en las huelgas de hambre; o que les gritaban las noticias que leían en los diarios que ellas tenían prohibidos.

Esa masacre brutal, que reconoce 65 muertos oficiales, está impune. Hace un año, un grupo de organizaciones, sobrevivientes, y estudiantes del Centro Universitario de Devoto,  pretendemos reconstruir esa parte de la historia de nuestro país, y poner la lupa sobre lo que la dictadura le hizo a los presos comunes, en las cárceles legales. Quizá, de ese modo, se empiece a hacer justicia con aquellos masacrados.

 

*Abogada. Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC)


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