Una amiga de la maestra jardinera asesinada ayer en la guardería donde trabajaba, en San Francisco Córdoba, aseguró que la víctima era acosada «continuamente» por su ex pareja ahora detenida y que, a pesar de que realizó reiteradas denuncias, «no quisieron ayudarla».
María de los Ángeles Bertorello, amiga de María Eugenia Lanzetti, recordó que en mayo del año pasado la docente denunció a su ex pareja, Mauro Bongiovanni, por haberla golpeado y que, según le contó, esa fue la primera agresión física que sufrió.
A partir de ahí, la pareja, que tenía dos hijos en común, se separó y según la amiga de Lanzetti, desde entonces él siempre la acosó.
«Era continuo el acoso, desde el año pasado, desde mayo, no la dejaba tranquila… dos veces entró a su casa violentando la puerta y con armas del fuego, la intención de él era matarla, lo logró, y la Justicia no hizo nada, no pudo protegerla, no quiso protegerla», expresó la amiga en diálogo con Télam.
Según la mujer, que trabaja en el hospital Iturraspe, Bongiovanni comenzó a pegarle «cuando volvieron de una fiesta y él se había emborrachado».
«Ella me avisó de esos ataques y luego de algunos días se animó a visitarme en el hospital, donde la revisamos y le hicimos todos los chequeos, y en ese momento ella me dijo que era la primera vez que pasaba”, relató.
María de los Angeles contó que “apenas se separó, ella se fue a vivir a la casa de sus padres por dos semanas, pero luego cuando Bongiovanni se fue, ella volvió a su domicilio”, y durante este año él entró dos veces armado.
«Lo detuvieron un sábado, pero al próximo martes ya estaba suelto”, se lamentó.
Respecto de los antecedentes de los ataques, Bertorello dijo que “Bongiovanni había declarado en el área de Salud Mental del mismo hospital que quería matar a Marita y que después se iba a matar él”.
“Él vino la semana pasada de Punta Cana (República Dominicana), donde estuvo de vacaciones junto a un amigo, por lo tanto no estaba internado como algunos dicen”, expresó acongojada la amiga de la víctima.
Bertorello enfatizó que los hijos, de 21 y 17 años, «la defendían de los ataques, le hacían frente al padre”, aunque “algunas veces, en las últimas semanas, los chicos se iban a dormir con él y que los usaba para acercarse” a ella.
Recordó que hubo que «luchar mucho» para que a María Eugenia le dieran un botón antipánico, que recién logró que le entregaran en septiembre último y que lo tenía encima ayer cuando la atacaron, aunque no llegó a accionarlo.
«No le sirvió de nada porque ahora salen todos a hablar, pero no hizo nada la psiquiatra ni los profesionales que lo atendían, ni el juez, ni el fiscal, nadie hizo nada, se lavaron las manos, simplemente la dejaron sola», agregó.
La amiga contó que «lo único» que Bongiovanni quería era «volver a su casa» y que a su vez la única restricción que tenía para acercarse a ella era media cuadra, donde tiene un departamento a metros de su empresa familiar.
«El conocía todos los pasos, le tiraba botellas en la casa, la acosaba constantemente, nunca hizo un tratamiento psiquiátrico como corresponde, es mentira que estaba internado, iba y se internada por su voluntad cuando sabia que iba a pasar algo con la Justicia, no sé si alguien le avisaba o qué, pero sabia muy bien lo que hacia», expresó María de los Ángeles.
La mujer dijo que eran tres amigas que siempre estaban juntas, Marita, María Belén y ella y que la víctima siempre recibía también el apoyo de sus padres. «Ahora lo único que quiero es justicia», concluyó.