Analizar a fondo los cuadernos del chofer escritor Oscar Centeno permite encontrar en variadas páginas la percepción del valijero de que alguien lo sigue o lo espía pero nunca llega a dar nombres o expresar una sospecha concreta, por lo menos en sus escritos.
Sin embargo, es uno de los enigmas de la causa que conmueve al empresariado y que lleva en forma arbitraria el juez federal Claudio Bonadio desde el quinto piso de Comodoro Py.
Existe una tesis en el juzgado, que se desprende lo dicho por el chofer en su declaración indagatoria, de que este era monitoreado por la agencia de inteligencia Black Cube, importante compañía de espionaje privado fundada por ex agentes del Mossad israelí.
Integrantes del Gobierno anterior cuentan historias de esta empresa y de su presunta cercanía con diversos funcionarios de la entonces llamada SIDE. Todas las acusaciones van sobre Jaime Stiusso, ex jefe de operaciones despedido por Cristina Kirchner.
Si bien no se mencionan las evidencias más rutilantes, esta conexión gusta en el entorno de Bonadio quien siempre tuvo una relación áspera con el espía. Tras su despido durante la gestión de Oscar Parrilli, Stiuso buscó refugió en los Estados Unidos y volvió durante el gobierno de Cambiemos.
Son varios los analistas que sostienen que si en principio se pensó que Bonadio impulsaba la causa de los cuadernos con la tutela del gobierno actual porque implicaba al gobierno anterior, en rigor el controvertido juez cuenta con el respaldo de la embajada norteamericana.
Stiuso tiene un forma de saber que hay en el expediente. Su abogado, Santiago Blanco Bermúdez, es el defensor de uno de los imputados Carlos Cortez, a quien se vincula con el fallecido Daniel Muñoz, secretario privado del ex presidente Néstor Kirchner.
Volviendo a la agencia Black Cube, fue expuesta recientemente por la prensa de EE.UU. de haber espiado a Obama, a su viceconsejero de Seguridad Nacional, el israelí-estadunidense Ben Rhodes, y a Colin Kahl, consejero de Seguridad Nacional del vicepresidente Joe Biden.
También se la vinculó con el famoso productor de cine norteamericano Harvey Weinstein, acusado de abuso sexual y abusos. Supuestamente, la agencia investigó quien estaba detrás de las denuncias en su contra. Al lado de estos casos, el chofer Centeno no debería requerir gran complejidad.
La empresa tiene operación en 70 países, fue fundada en 2010 por altos funcionarios del espionaje israelí y ha sido mencionada en diversos casos de fraudes empresarios, sin hacer una búsqueda muy complicada, sólo con leer lo que figura en la wikipedia.