Todos los hombres adultos de un pueblo de Santiago del Estero son sospechosos del brutal crimen de un nene de 11 años, ocurrido hace dos años en una localidad situada a 200 kilómetros de la capital de la provincia.
Para poder identificar a los autores de la violación y homicidio del adolescente la Justicia local ordenó la extracción de pruebas de ADN a 3003 hombres a quienes se les tomó muestras para cotejar con las encontradas en el cuerpo del menor.
Por el caso ya hay varios hombre detenidos, pero la Justicia sospecha que faltan identificar a dos que participaron del crimen por eso se decidió tomar las muestras al 15 por ciento de la población del pueblo de Quimilí.
La víctima, Mario Augusto Salto, conocido en el pueblo como Marito, salió a pescar en un canal cerca de su casa el 31 de mayo de 2016. Pero nunca volvió y no se supo nada más de él hasta que dos días más tarde su cuerpo desmembrado fue encontrado cerca de una ruta.
La inédita medida para practicarle un hisopado al 15% de la población de esa localidad fue requerida por la fiscal Olga Gay de Castellano y dictada por la jueza Rosa Falco de Ranieri.
“El objetivo es llegar al autor material del abuso de Marito. Se ha establecido en las pericias realizadas que tenemos ADN de dos masculinos que compartían la misma patrilínea (rasgos genéticos heredados del padre), por lo que era necesario realizar estas medidas ”, explicó la magistrada en un noticiero local.
Para tomar las muestras trabajaron 40 gendarmes y policías de Santiago del Esterodurante 30 días. Los perfiles genéticos fueron recolectados de adolescentes y adultos de 36 barrios de la localidad ubicada en el departamento de Mariano Moreno.
De la investigación participaron a pedido de la Justicia santiagueña efectivos de la policía de Río Negro, de San Luis y de la Policía Federal, quienes realizaron rastrillajes con perros adiestrados que señalaron la vivienda de los sospechosos. Allí, se descubrió un altar en el que se realizaban ritos satánicos.
El cuerpo de Marito fue hallado en once bolsas de residuos a unos seis kilómetros de la laguna de Quimilí. Ese fue uno de los problemas de la investigación. Según los forenses de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el nene fue violado y, tras ser colgado con un alambre, fue descuartizado.
Para la Justicia, el abuso y homicidio ocurrieron en una casa que fue señalada por los perros de las policías de San Luis y Río Negro. Una vez en la vivienda, los canes fueron directamente a la parte posterior, donde había algo parecido a un altar. También se secuestró un Fiat Palio negro, en el que pudieron haber trasladado al nene tras su secuestro.
En ese mismo operativo fueron detenidos los sospechosos. “Fue asesinado durante un ritual satánico”, dijo la jueza Falco de Ranieri aquella vez. Los acusados, entre ellos la directora de una escuela, fueron imputados por violación seguida de muerte.
Los principales acusados del crimen son Miguel Ángel Jiménez (58), alias “el Brujo”; su hijo Miguel Ángel (23); su esposa, Arminda Lucrecia Díaz (57), directora de la Escuela 1214 y docente del Profesorado Secundario para Adultos; el hijo de la mujer, Alfredo Albarracín (22), y Pablo Ramírez (38), alias “el Loco”, todos con residencia en Quimilí.
Hasta el ex jefe de Policía de Quimilí cayó preso por el asesinato del nene. En abril de este año, el comisario Walter Céliz fue detenido por pedido de la fiscal del caso, acusado de abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes públicos.