Por Ignacio Ramírez.
El martes 21 de abril último fue asesinado un interno de un certero puntazo directo al corazón en la Unidad Penal Número 31 de Florencio Varela. Lo grave de esta muerte, es que el hombre había presentado una medida cautelar el 13 de abril, ocho días antes, para pedir que lo protegieran porque estaba seguro de que lo iban a matar. Había anunciado su muerte pero el ruego de protección fue ignorado por el Servicio Penitenciario bonaerense.
El interno asesinado, Marcos Jordan López, reclamaba medidas de seguridad y protección, pero los penitenciarios lo dejaron a la suerte de los demás detenidos en el día de visitas. Más allá de que el penal es de media seguridad, según los testigos el interno fue ultimado por otro preso que ya contaba con tres homicidios en su curriculum.
El crimen ocurrió mientras se desarrollaba la visita familiar en el penal, delante de la pareja y el hijo de 5 años de la víctima. El establecimiento penitenciario no contaba con asistencia médica ni de emergencias, no había directores ni se hicieron las requisas correspondientes previas a la hora de las visitas. Al no contar con ambulancia, había que esperar el vehiculo del hospital mas cercano, ubicado a ocho kilómetros. La víctima estuvo desangrándose más de media hora tendido en el patio sin asistencia médica y con su familia alrededor viendo como moría.
El cuerpo fue entregado a los familiares pasados los cinco días en pleno proceso de descomposición y sin recibir la familia ninguna explicación sobre el homicidio.
La madre del detenido asesinado, María Victoria Sánchez (59), dijo que su hijo, de 24 años, estaba procesado por un encubrimiento agravado en la Unidad 32. “El Juez de Garantías de La Plata, Juan Pablo Massi, había ordenado una medida cautelar para que Jordan no compartiera espacios con otros reclusos, ya que lo habían amenazado y su vida estaba en peligro”, afirmó la enfermera que vive en Los Hornos.
El día del homicidio según el relato de la madre y de la mujer de Jordan López, las autoridades del penal no tomaron ningún cuidado especial con el detenido, y permitieron que Jordan López compartiera el salón principal de la visita mientras los demás presos recibían a sus familiares.
Según los datos de la causa el autor material del homicidio está identificado. “El asesino se llama José Alejandro Muñoz Zapata y el cómplice que le alcanzó una faca de 40 centímetros es Mauro Peralta”, sostuvo la madre de la víctima, quien aseguró que Muñoz, ya había matado a otros dos presos en los últimos 14 meses dentro del mismo penal.
“No lo conocía a Muñoz. Pero se acercó y le clavó la punta de la faca en el pecho sin mediar palabra. ¿Como un hombre con tres homicidios puede estar en una cárcel de mediana seguridad con una población de delitos menores? ¿Como nadie protegió la vida de mi hijo? ¿Porque lo mataron?”, se pregunta la enfermera quien recordó que Jordan López le había pedido varias veces que lo sacara de ese penal, porque lo iban a matar, él sabía cosas que a otros internis preocupaba.
Le imploraba a la mader para que se diera curso a la medida de seguridad solicitada: “En la cárcel la vida no vale nada. Todos los días matan gente. Te matan por un par de zapatillas, ayer mataron a un pibe de 20”, le dijo uno días antes cuando hablaron por télefono.