Por Ignacio Ramírez.

La causa por las amenazas sufridas por el fiscal Guillermo Marijuan avanza en forma silenciosa. El juzgado federal a cargo de Sebastián Casanello logró obtener cuatro cámaras de seguridad con las se podría identificar al hombre que hizo la última intimidación al fiscal que investiga al empresario Lázaro Báez.

La última amenaza contra el fiscal ocurrió el martes 7 de mayo a las 8.03. Fue una llamada telefónica que se recibió en el quinto piso de Comodoro Py 2002, donde se encuentran los tribunales federales de Retiro.

Un secretario del fiscal atiende el télefono. El diálogo fue el siguiente:

—¿Hablo con la fiscalía de Marijuán?

Empleado Fiscalia:—Sí.

—¿Hablo con la fiscalía número 9?

Marijuan investiga a Lázaro Báez.

Empleado Fiscalia: —Sí.

—Decile que si llega a apelar le vamos a matar a las hijas previo secuestro, ¿escuchaste?

Ese fue el segundo apriete que recibió el funcionario que investiga en la causa por presunto lavado de dinero iniciado contra Báez en menos de 48 horas. Los investigadores lograron identificar un número de un teléfono público desde donde se hicieron los llamados. De la lista de llamadas realizadas entre el 5 y el 26 de mayo surgen varios datos de importancia. El primer llamado se produce una hora después de la denuncia presentada por Marijuán, a las 9.23 a.m. El destinatario es el edificio del diario La Nación. Luego se producen dos llamados a la Procuración General de la Nación. Finalmente, el último llamado se produjo a las 12.11 con destino al teléfono personal del periodista Joaquín Morales Sola. Se logró determinar que la llamada se realizó desde un teléfono público ubicado sobre la avenida San Juan, en la intersección de Chacabuco.

A partir de un requerimiento del juzgado, los  investigadores lograron determinar que existe en esa ubicación cuatro cámaras pertenecientes al Gobierno de la  Ciudad de Buenos Aires, que filman lo que ocurre en el espacio público.

A las 8:02 un coche negro se detiene sobre la mano izquierda de la avenida San Juan, un lugar donde no está permitido estacionar. Aproximadamente 50 segundos después, un hombre de saco gris desciende del vehículo y se dirige hacia el teléfono público que está en la vereda. Queda ubicado en un lugar poco visible para la cámara, como si supiera de la existencia de la cámara. Pasadas las 8:05, el hombre del saco gris regresa al auto, donde otra persona lo espera. Sube por el lugar del acompañante y se van.

Este hombre misterioso es la llave de la amenazas al fiscal. ¿Quién es este misterioso hombre? Los investigadores creen que están en condiciones de poder identificar al sospechoso que realizó los llamados intimidatorios contra el fiscal.