Por Rafael Saralegui
La danza de nombres ya comenzó. Conocida la noticia el lunes de la renuncia de Alejandra Gils Carbó como titular de la Procuración General de la Nación con fecha del 31 de diciembre, en los pasillos de Tribunales comenzaron a circular los nombres de quiénes pueden ser sus reemplazantes, ahora que el Gobierno tiene las manos libres para proponer al nuevo jefe de los fiscales federales.
De todos modos, el oficialismo de Cambiemos tendrá que negociar políticamente con el peronismo para lograr la aprobación del pliego del candidato, ya que se requieren los dos tercios de los votos de los senadores. Es decir, que sin apoyo de los senadores que responden al peronismo no habrá nuevo procurador.
El ministro de Justicia, Germán Garavano, el gran ganador con la renuncia de Gils Carbó, dijo el martes que “es un proceso que es igual que el de un ministro de la Corte: una vez que se elige el candidato, se van a publicar los antecedentes, eso abre un período de acompañamientos o impugnaciones, y su aprobación se tiene que dar con los dos tercios” del Senado.
“Es un proceso que va a durar entre dos y cuatro meses”, estimó Garavano y admitió que “va a haber una negociación” con la oposición en la Cámara alta para conseguir los votos necesarios. Dijo que el candidato tiene que ser una persona que “reúna consensos políticos, que sea muy respetado, que pueda liderar un proceso de reforma de la justicia penal”.
El postulante tiene que reunir todas las características que menciona Garavano y que además sea digerible para Miguel Ángel Pichetto, el jefe de la bancada del PJ en el Senado y la llave para el nombramiento por los votos de su bancada.
En esa línea, hay algunos que salieron públicamente a postularse, como el fiscal de distrito de Saavedra José María Campagnoli, quien tuvo su momento de gloria cuando investigó a Lázaro Báez, antes de que la causa pasara al fuero, y ayer salió a dar notas en varios medios. Dijo que sería un honor ser Procurador, aunque nadie se lo había propuesto.
En los pasillos de Comodoro Py se mencionó a Guillermo Marijuán, el fiscal hincha de Racing, que también investigó a Báez en la llamada causa de la ruta del dinero K, junto al juez Sebastián Casanello. En febrero de este año pidió el arresto de Oscar Parrilli el ex jefe de la AFI en el kirchnerismo, luego de que hubiera sido procesado por encubrimiento en la búsqueda del supuesto narco Ibar Pérez Corradi.
Cuando Sergio Massa se había convertido en la esperanza de renovación del peronismo -aplastada en las últimas elecciones- se decía que Marijuán era su candidato a la Procuración, pero conocedores de las internas judiciales dicen que está en estos momentos muy cercano al Gobierno.
Dicen esas fuentes que ayer y hoy hubo dos reuniones con un grupo de fiscales que lo respaldan. Otros fiscal dijo además que Marijuán se reunió en la tarde del lunes con un senador peronista y le dejó su CV : “para lo que usted necesite”, recitó.
Otro fiscal federal que se menciona es a Carlos Rívolo, titular de la Asociación de Fiscales, y denunciante de Gils Carbó, su entonces jefa, luego procesada por la compra del edificio donde tiene todavía su despacho, y del ex vicepresidente Amado Boudou, en la causa por la venta de la imprenta Ciccone, actualmente en juicio oral. En los Tribunales dicen que el respaldo de Rívolo sería del propio ministro Garavano.
También hay quienes especulan que el propio Garavano podría ser el nuevo procurador. Antecedentes tiene: ya fue el Procurador General en el Poder Judicial de la ciudad cuando Mauricio Macri era jefe de Gobierno porteño. “Sería el mejor, pero no creo que pueda dejar el Ministerio para ir allá”, dicen cerca del ministro.
Otros candidatos
La misma fuente que sugiere Garavano menciona también a Julio Conte Grand, el procurador de la provincia de Buenos Aires, nombrado por María Eugenia Vidal, tras la renuncia de María del Carmen Falbo. Conte Grand fue el primer secretario Legal y Técnico de la gobernadora hasta que pasó a ocupar el nuevo cargo.
En la Cámara de Senadores se sostiene que había un principio de acuerdo entre Macri, Pichetto y el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, para que el nuevo procurador fuera propuesta por el peronismo, luego de la aprobación a comienzos de la era Cambiemos de los pliegos de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, para integrar la Corte Suprema. Ese candidato peronista sería Alberto García Lema, pero ese principio de entendimiento podría quedar en la nada tras la salida de Gils Carbó.
El lunes por la tarde, en la Casa Rosada, tras la renuncia de la Procuradora y los anuncios de Macri en el CCK, comenzaron a aterrizar en su despacho las carpetas de otros candidatos. Las fuentes dicen que el pliego del fiscal ante la Cámara de Casación Penal Raúl Pleé, llegó con el aval de Nicky Caputo, el hermano de la vida de Macri, de Daniel Angelici, presidente de Boca y operador judicial de Cambiemos, y de sus asesor José Torello. Pleé, es obvio decirlo, es fanático de Boca
El asesor presidencial Fabián García Simón, cercano a Lilita Carrió, habría postulado a Mariano Borinsky, el juez de la Cámara de Casación Penal, desde 2011, cuando tenía 38 años. Borinsky es además el presidente de la Comisión que desde el año pasado trabaja todas las semanas en la redacción de un nuevo Código Penal. Borinsky también tendría la banca de la número dos de la AFI, Silvia Majdalani.
Otro juez de la Cámara de Casación que se menciona como un candidato es Gustavo Hornos, quien hizo carrera en su momento como fiscal federal de primera instancia y luego ante la Cámara. Su carpeta sería remada por el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, quien sigue en la mira de Carrió, pero que el lunes dijo presente en el acto convocada por Macri para anunciar su programa de reformas. Entre estos últimos podría estar el candidato, aunque no se descarta que pueda surgir “un tapado”.