La Corte Suprema de Justicia se metió en un problema serio cuando decidió aplicar el per saltum para analizar el caso de los jueces rebeldes que no quieren volver a sus tribunales de origen.
Si les da la razón y sostiene que sus cambios de tribunales mediante decretos que llevaron la firma del ex presidente Mauricio Macri están bien, deja una puerta abierta.
El propio presidente Alberto Fernández lo dijo clarito al sostener que si fallan de esa forma él también podría nombrar a «jueces amigos» en tribunales vacantes.
Justamente, el problema principal es la enorme demora con que se llevan adelante los concursos en el Consejo de la Magistratura.
Concursos vacantes
El fiscal ante los tribunales orales de Mar del Plata e integrante de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (Inecip), Guillermo Nicora, se refirió a esta cuestión.
En una entrevista con el programa Crimen y Ficción explicó que debería modificarse el sistema de concursos para que se realicen en forma más ágil.
Y además deberían organizarse de otra manera para que haya ternas de candidatos apenas se produzca una vacante para que se pueda cubrir de inmediato.
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La idea sería organizar los concursos en forma anual y que se organizan listas de candidatos por orden de méritos para los diversos cargos.
Es decir: no abrir un concurso por cada juzgado sino, por ejemplo, para jueces de primera instancia, de tribunales orales o de camaristas.
Manipulación de nombramientos
«Todo comienza en el Consejo de la Magistratura. ¿Por qué? Por la simple razón de que tardan varios años en hacer los concursos para jueces. ¿Esto es ineficiencia? No, es una técnica de manipulación de los nombramientos», sostiene Alberto Binder.
«Un candidato, que quiere ser juez, debe pasar años de lobby y sufrimiento, luego de los cuales queda debiendo no sólo suficientes favores, sino que es correctamente domesticado», agrega el presidente de Inecip.
Nicora dice que después de que opina Binder no queda más que reversionar lo dicho, ya que suscribe sus palabras en un 110 por ciento, exagera.
«El problema de fondo es que tenemos una perversa situación que se viene sosteniendo desde hace varios años atrás de vacantes eternas en los tribunales, especialmente en la justicia federal, donde tardan años en cubrirse los concursos y hay una enorme cantidad de cargos vacantes», describe Nicora.
Qué hacer
«Lo hacen en forma deliberada para tener jueces provisorios jueces subrogantes, a cambio de que la subrogancia se paga con un plus y que además da la esperanza que uno pueda quedarse en forma permanente en ese tribunal. Eso hace que el subrogante tenga ganas de quedar bien con el gobierno de turno», agrega.
Además genera que el mismo gobierno de turno, que en general domina el Consejo de la Magistratura por la predominancia de los cargos políticos sobre el resto de los integrantes, domestique a los jueces subrogantes y al resto que tengan aspiraciones de ocupar otros cargos en el futuro.
Pero atención que no todo está perdido. La variante que se propone, como se dijo, es cambiar el sistema de los concursos. Para escuchar cómo hacerlo, acá dejamos la entrevista completa con Guillermo Nicora.