| Por la causa Ciccone

Todos peleados en la Cámara Federal

Ballestero, Freiler y Farah viven una feroz interna como consecuencia de los rumores para apartar a Lijo. Quieren que se ocupe la vacante, pero no hay buenas noticias en el Consejo de la Magistratura.

En los pasillos de Comodoro Py estallaron las  internas

En los pasillos de Comodoro Py estallaron las internas.

Los camaristas Eduardo Freiller, Jorge Ballestero y Eduardo Farah viven una interna sin precedentes en la Sala I de la Cámara Federal. Como era de prever, el detonante fue el rumor de que podrían apartar a Arial Lijo de la causa Ciccone que se expandió rápidamente a través del exabrupto que virtió Jorge Lanata en su programa de Radio Mitre.

Freiller y Ballestero culpan a Farah de que este buscaba operar en conjunto con los abogados de Amado Boudou para anular una serie de testimonios recogidos por el juez Ariel Lijo. El objetivo primordial eran algunas páginas de la declaración testimonial que prestó el ahora mediático Guillermo Reinwick, yerno de Nicolás Ciccone.
En el primer piso de los tribunales de Comdoro Py cuentan que fue  Ballestero el que se comunicó directamente con el presidente de la Cámara, Martín Irúrzun para pedirle que apure, «como sea», el concurso para cubrir la vacante en la Sala I que actualmente subroga Farah.
El juez Irúrzun llamó entonces a Alejandro Sánchez Freytes, titular del Consejo de la Magistratura para consultar sobre los tiempos de dicho trámite. La respuesta no fue alentadora ya que en ese concurso está bien ubicado el juez federal Sebastían Casanello a quien la oposición no quiere en la terna para girar al Ejecutivo.
Freiller y Ballestero quisieran un ascenso para Casanello a quien conocen desde años ya que era su secretario en la Sala. La tarea de Farah ahora es más dura porque al mal clima en la Sala I, donde siempre se sintió más a gusto, se suma la realidad e que en la Sala II siempre queda en desventaja ante la dupla que conforman Irúrzun y Horacio Cattani.
A esto se agrega que, por algún motivo hasta ahora desconocido, Ballestero dejó de conversar con el operador Javier Fernández, el artífice de que Farah ocupe durante años un lugar en las dos salas de la Cámara.
A los camaristas le sorprendió que anteayer Boudou solicitara adelantar su indagatoria cuando en realidad esperan una serie de maniobras dilatorias. La explicación unánime fue que el presidente ya se enteró de que su procesamiento está escrito y que prefiere un desenlace inminente antes que una dura agonía.
De todos modos, el escrito que presentó ayer su defensa para pedir la nulidad de la citación a indagatoria, prevista para el 15 de julio, se inscribe en la lógica apuntada más arriba: empantanar la causa, aunque públicamente se diga que Boudou quiere declarar cuanto antes para dar sus explicaciones en el expediente.

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