| Un empleado sospechoso

Todos los puntos que no cierran del ataque al fiscal Cartasegna

Hay muchos elementos que no cierran. Un empleado fue demorado con afiches alusivos al fiscal. Todos los puntos que hacen ruido en la causa.

Cartasegna sufrió dos ataques en pocos días.

Cartasegna sufrió dos ataques en pocos días.

«Una historia que no cierra», dijo Julio Conte Grand, el jefe de todos los fiscales de la provincia de Buenos Aires, al ser consultado esta mañana por el ataque sufrido por el fiscal Fernando Cartasegna en la tarde del miércoles en su despacho del edificio de la ciudad de La Plata.

Dos fuentes oficiales dijeron a BigBang que el 2 de mayo, es decir, el día anterior al nuevo ataque a Cartasegna, efectivos del Servicio Penitenciario provincial, encargados de la seguridad, habían detenido a un hombre en uno de los baños del edificio mientras pegaba afiches alusivos al fiscal atacado.

Cartasegna denunció haber sido atacado por tres personas durante el fin de semana anterior y dijo que en su casa dejaron afiches con el nombre la foto de Nisman, en una referencia directa al fiscal federal muerto en su departamento de Puerto Madero.

Las fuentes dijeron que este empleado detenido en un baño con los afiches podría ser empleado de la misma fiscalía de Cartasegna.

Ese dato agrega más confusión a una situación poco clara. Cartasegna investigó varias causas vinculadas con la trata y la explotación de prostíbulos. Recibió también una derivación de la causa de los sobres con coimas en la Departamental de La Plata, referida a abogados «caranchos» conectados con efectivos policiales.

El ataque ocurrido en la tarde del miércoles tiene varios puntos poco claros. Por ejemplo, el ingreso al edificio durante el horario de los tribunales, entre las 7.30 y las 13.30, es de muy fácil acceso porque hay mucho movimiento, pero durante la tarde, en la puerta de entrada hay custodia.

Las ventanas que dan al exterior del edificio tienen rejas por lo que es imposible ingresar desde afuera. La ventana del despacho del fiscal da a un patio interno.

Los dos efectivos de la policía bonaerense que le habían sido asignados como custodia, habían sido «licenciados» por el propio fiscal a las tres de la tarde del miércoles, un par de horas antes del ataque.

El fiscal le había pedido al policía que estaba en ese momento con él que fuera a realizar un trámite personal y que después no volviera.

La puerta del despacho del fiscal, donde fue atacado, estaba cerrada con llave desde el lado de adentro de la oficina.

No hay testigos en todo el edificio que hayan visto la entrada de los atacantes. Tampoco la salida del edificio, supuestamente por la ventana, si la puerta estaba cerrada.

Cartasegna tenía las manos maniatadas con cinta de embalar hacia adelante, cuando lo habitual es que las manos se aten atrás por la espalda. Con las manos adelante el fiscal pudo llamar por teléfono.

Nadie escucho gritos en el edificio cuando se produce el ataque a Cartasegna. El fiscal aseguró que lo habían atacado por la espalda y que no pudo identificar al atacante.

El atacante o los atacantes escriben con azúcar en el piso la palabra «Nisman«, algo que lleva mucho tiempo, inusual para un momento tan comprometido como un ataque a un fiscal.

El fiscal Marcelo Martini es quien tiene a cargo  la causa por los sobres con dinero en la Departamental de La Plata que terminó con siete jefe de la bonaerense detenidos. Nunca recibió una amenaza.