«Está bien muchachos, perdí. El que reventó los departamentos del cuarto y el segundo piso fui yo».
Los agentes de la Policía de la Ciudad no pudieran dejar de sorprenderse. Un hombre, se entregó sin luchar y admitió que había ingresado con fines de robo en varias viviendas de un edificio situado en Lima al 400, en el barrio de Constitución.
Los efectivos no sólo se sorprendieron por la confesión del ladrón, sino por su edad: se trata de un hombre de 70 años, un anciano, según los agentes.
La historia comenzó cuando efectivos de la Policía de la Ciudad recorrían las estaciones del Metrobus de la avenida 9 de Julio y se encontraron con una mujer que pedía ayuda.
«Inmediatamente se acercaron los agentes y al entrevistarse con la mujer manifestó que la puerta de su departamento, ubicado en un edificio de la calle Lima al 400, había sido violentada y se encontraba su interior revuelto», informó la Policía porteña.
«Al llegar a la puerta del edificio, los uniformados observaron que dentro del hall se encontraba un anciano de 70 años de edad que intentando salir del edificio sin la correspondiente llave y siendo desconocido por el resto de los vecinos como una de las personas que habitan el lugar», se indicó.
Cuando lo comenzaron a interrogar se puso nervioso e intentó agredir a los efectivos policiales. «Ante esta situación se procedió a la demora del anciano y con la presencia de dos testigos, se procedió a su requisa encontrando en el morral que portaba una importante cantidad de joyas y alhajas que fueron reconocidas en su gran parte por la damnificada», informó la Policía.
También se encontró oculto en una de sus piernas una billetera de seguridad con 350 dólares estadounidenses y 7.943 pesos y un papel donde constaba la dirección del departamento robado.
Los agentes recorrieron el edificio y advirtieron que una de las unidades del 4° piso, también había sido siniestrada.
Hasta que finalmente, el hombre admitió que había sido el autor de los robos en los dos departamentos. Primero había dicho que estaba de visita en el lugar, que había ido a ver a un amigo que vive en el quinto piso, pero que no estaba. Hasta que sumamete nervioso confesó.
Realizadas las consultas con el Juzgado Criminal y Correccional N° 37, a cargo de la Dra. Nora Silva, se ordenó la detención y traslado del imputado a dependencias de la comisaría 4a.
Las fuentes consultadas dijeron que en un morral de cuero, el caco tenía camisa azul a lunares, una pinza metálica, un destornillador punta chata color de mango azul, una barreta curva metálica, otra barreta punta plana metálica, una llave ganzúa y una lima metálica.
En los bolsillos el hombre tenía su botín: dos cadenas metálicas con dijes color dorado, dos cadenas metálicas con dije, una cadena color plateada, una ulsera plateada con piedra de color negro, un anillo con una piedra celeste, ocho aros y tres juegos de llaves.