| Tema del día

Temen que la causa de Colegio Ecos pueda prescribir sin una condena

Por Gabriela Oprandi.

Hace poco más de un año, el 25 de octubre de 2011, el chofer del micro en el que murieron nueve alumnos y una profesora del colegio Ecos, de Villa Crespo, fue condenado a tres años de prisión en suspenso y a una inhabilitación para conducir durante siete años. En un primer proceso, la Justicia de la ciudad de Reconquista, en Santa Fe, lo había absuelto.

Ahora, la Cámara de Apelaciones de la ciudad de Rafaela, decidió enviar la causa a foja cero y que un nuevo juzgado dicte una nueva sentencia. En diálogo con Crimen y Razón, el padre de una los alumnos fallecidos, Sergio Levin, dijo que se enteraron de esta nueva medida hace dos semanas.

El juez se había olvidado de tomar declaración al chofer.

“Hace quince días más o menos nos enteramos de esto que es tan estúpido como que el juez se olvidó de tomarle la declaración al chofer. Y es lógico que la Cámara haya resuelto eso, pero no es lógico que el juez no lo haya indagado”, informó Levin, quien además comentó que tanto él como el resto de los familiares de las víctimas tiene miedo de que la causa  prescriba.

“Nunca pudimos hacer nada en la Justicia de Santa Fe, porque no nos lo permitieron. La semana pasada nos reunimos con el ministro de Justicia de allá para ponerlo al tanto de la clase de jueces que tienen en la provincia”, señaló indignado Levin.

Juan Atamañuk es el chofer que fue sentenciado por el delito de «homicidio culposo múltiple agravado y lesiones culposas múltiples agravadas», pero a quien el juez de Instrucción Penal de Reconquista, Virgilio Palud, no le tomó la declaración.

En el fallo condenatorio, el juez Palud había argumentado: «Hubo una actuación negligente por parte del chofer que chocó de frente con un camión sobre la ruta nacional 11”. Un año antes de la condena, en diciembre de 2010, la Cámara Penal de la localidad de Vera había revocado la absolución del chofer, tras un pedido de revisión realizado por familiares de las víctimas.

Según consta en el expediente judicial, el camión de la empresa Sarita que fue protagonista del accidente, circulaba en zig-zag a la altura de la localidad de Margarita porque su conductor, Angel Soto (fallecido en el accidente), se encontraba alcoholizado.

Palud dispuso la condena a tres años de prisión, pero bajo la figura de ejecución condicional, dado que el chofer no tenía antecedentes penales.

La tragedia del colegio Ecos ocurrió el 8 de octubre de 2006 cuando alumnos de ese establecimiento educativo del barrio de Villa Crespo, una docente y otras dos personas fallecieron tras el choque frontal entre el ómnibus en el que viajaban y el camión. Las víctimas habían viajado a la provincia de Chaco para participar de una jornada solidaria.


Compartir: