Rodolfo Cuiña, «Fito», a secas, como lo llaman sus amigos, esos con los que comparte su palco del Monumental, es un empresario de prestigio. Dueño de la cadena de electrodomésticos Rodó, de repente aparece como una pieza sensible en la discusión por el futuro de la denuncia que Alberto Nisman impulsó contra Cristina de Kirchner y su canciller por supuestamente haber encubierto la investigación de la causa AMIA.
En Comodoro Py circula el rumor de que Cuiña es el encargado de lograr que Jorge «Paty» Ballestero vote junto a Eduardo Freiler para confirmar la decisión del juez de primera instancia Daniel Rafecas de no impulsar la investigación de la denuncia.
A pesar de que siempre so lo vincula con el ambiente futbolero, Cuiña conoce de primera mano los pasillos de los tribunales de Retiro: María Servini de Cubría es clienta VIP de su sucursal de Boedo (la más grande) lo mismo que Ariel Lijo, cuyo hermano Fredy, ya se vende como el operador de tribunales si Daniel Scioli llega a jura rcomo presidente.
Fito ha sufrido en tribunales cuando la justicia de la Capital lo investigó por uns supuesta estafa a compañías de seguros. Era un caso muy espeso en el cual desde la fiscalía se acusaba a Cuiña de tener supuestos tratos con piratas del asfalto que secuestraban camiones con mercadería. Finalmente, todo quedó en la nada y Cuiña fue desligado del caso.
Por esas buenas migas judiciales Cuiña lo conoce a Ballestero. Ambos son de River y ambos fueron fervientes partidarios de la gestión desastrosa de Aguilar en el club de Núñez, al punto que Cuiña era dirigente y les enviaba televisores plasma a los jugadores del plantel de regalo.
No es la primera vez que Ballestero queda en esta posición. El antecedente más trascendente fue cuando la Sala I debía revisar el pedido de Amado Boudou de sobreseimiento. Falló contra el vicepresidente en esa ocasión y también hace tres años cuando al comienzo de la causa cuando todavía Boudou soñaba con ser sobreseído.
Desde el jueves de la semana pasada, cuando la Sala I convocó a una audiencia para decidir la apelación del fiscal Moldes, todas las miradas están pendientes de lo que resuelva Ballestero. El camarista Farah ya anunció que votará por la apertura de la investigación.