Por Rodolfo Palacios. El hombre está serio, tiene la boca abierta porque es probable que haya dicho algo en el momento en que le sacaron esa foto sorpresiva. Figuran su nombre y apellido, la dirección de su casa, el nombre de su esposa y los de sus hijos. También su lugar y fecha de nacimiento, sus apodos y hobbies. Pero lo que aparece más destacado es su ocupación. “PUNGA”. Así, en mayúsculas. La imagen va acompañada de esta frase: “Este malviviente actúa en las estaciones de la línea A de subte, si se cruza con él, tenga cuidado”. Esa es una de las más de cien fotos que están publicadas en la web www.peesba.com.ar, cuyo ideólogo y administrador se mantiene en el anonimato por temor a represalias. Pungas, arrebatadores, descuidistas y demás miembros del club del hampa, aparecen retratados. Algunos de ellos en el momento en que meten la mano en mochilas de desprevenidos o cuando corren con relojes o celulares. Incluso hay fotos de uno de los supuestos jefes de los pungas: se lo ve tomando una botella de vino con un plato de ravioles en un bodegón de Congreso. Según el misterioso encargado de la web, los pungas trabajan en complicidad con la policía. Pagan coimas y por eso actúan libremente. Es verosímil, pero no hay pruebas ni fotos que puedan sostener esa afirmación. Pero esa página no es la única. En los últimos meses surgieron más escraches virtuales a presuntos delincuentes. Es una versión moderna de la mítica galería de ladrones de Fray Mocho que mostraba los prontuarios (y sus señas particulares) de los hampones de fines del siglo XIX.
Esta modalidad se reactivó después de que el diseñador estadounidense Mike Fabrikant sufriera en Buenos Aires el robo de su computadora el 31 de diciembre de 2013. Su equipaje se había perdido y cuando la compañía aérea se lo devolvió faltaba la computadora. Como la máquina tenía un software de seguridad comenzó a mandarle fotos del supuesto ladrón. El damnificado investigó y descubrió que se llamaba Pablo. Publicó sus fotos mientras miraba páginas o escuchaba música en la computadora, lo mostró fumando y en otras situaciones. Creó la página http://www.pablo-tiene-mi-mac.com/ en la que cuenta su, hasta ahora, frustrada búsqueda. El tal Pablo dijo que la compró en Mercado libre y que la computadora está en manos de las autoridades. El diseñador se basó en otros dos casos similares, en Londres y en California, en los que las víctimas publicaron fotos de los supuestos ladrones. ¿Y si Pablo dice la verdad y no robó la computadora? ¿Puede hacer un juicio civil por calumnas e injurias? ¿Por uso indebido de su imagen? Todo es probable. En otros casos, los escraches son en los muros de Facebook, algunos de los cuales se han convertido en pelotones de fusilamiento virtual para los acusados. Además de publicarse las fotos de los supuestos delincuentes, los usuarios dejan comentarios agresivos. “Gorda sucia, negra villera, andá a lavar los platos en vez de robar”, escribió uno debajo de la foto de una mujer acusada de ser mechera y de entrar a robar en los negocios de ropa.
“Estos sitios sirven de muy poco, a lo sumo para que se desahoguen los que fueron víctimas de un robo. Salvo que se muestren fotos de los ladrones en el momento en que roban, una foto de una persona no prueba nada. Es más, se puede volver en contra porque el acusado puede denunciar que manchan su honor y usan su imagen”, le dijo a CyR una fuente de la Policía Federal. “Este sitio es para que escrachemos a los delincuentes de Catamarca, para que los identifiquemos, para que todos sepamos quiénes son, para identificarlos en la calle, si tenés fotos o videos compartilos así les hacemos una condena social”, dicen en el grupo de Facebook “Delincuentes de Catamarca” (https://www.facebook.com/pages/Delincuentes-de-catamarca/190333967814025?fref=ts). Allí no sólo se suben fotos de los acusados, sino que se reciben denuncias. Y es común que alguien acuse a otra persona de no haberle pagado la última cuota de la moto o de deberle plata que le había prestado. Otro grupo de Facebook es “La liga antigatos” (https://www.facebook.com/pages/La-Liga-Antigatos/348305348516381?fref=ts). “Los escraches a estas personas no s hace más fácil circular por las calles cuando los vemos si es que andan sueltos o cuando salen en libertad”, dice uno de los cuatro mil seguidores. Hay fotos de jóvenes armados y con dinero en las manos. En otras aparecen las fotos que le saca la misma Policía para confeccionar el prontuario. El abogado Hubo López Carribero cree que la proliferación de estas páginas tiene que ver con la ausencia estatal y la falta de respuestas. Le dijo a CyR: “El Gobierno, en especial el bonaerense, ofrece recompensas para buscar datos sobre el paradero de sendos delincuentes. Los ciudadanos forman Foros de Seguridad, ¿para qué? Los intendentes, que deben establecer los lineamientos generales sobre alumbrado, barrido y limpieza, se abocan a la problemática de la seguridad, haciéndose cargo del desprecio provincial. Otras almas se esmeran en generar y mantener activos un conjunto de grupos en las redes sociales destinadas a subir fotos de ladrones y pungas del subte. Son todas caras de un mismo prisma, la ausencia estatal que hace estragos en la formación cívica de los ciudadanos. Hay educación privada, salud privada y seguridad privada. Ahora también se pretende legalizar la pesquisa no estatal, la que impulsan particulares de manera rustica y rudimentaria”.