| Investigación

Sorpresivo crimen en una peluquería de Recoleta

Un compañero de trabajo mató a otro de un disparo.

El sospechoso de matar a su compañero.

Cuestiones personales, pelea de egos, celos. Cualquiera de esos temas podría ser el motivo del crimen que ocurrió este miércoles en una peluquería de la Recoleta, donde un compañero de trabajo mató a otro de un disparo, después de que había finalizado el horario laboral, cuando junto a otros colegas compartían una cerveza.

Facundo Verdini, el dueño del negocio situado en Berutti al 1700, dijo esta mañana que Abel Guzmán, el agresor de su compañero Germán Medina, “estaba raro” y que “se había rapado el pelo”. “Tenía una mirada rara, estaba como aislado”, agregó.

Facundo contó que Medina estaba relajado, que nadie esperaba el fatal desenlace, que quedó registrado en las cámaras del local. En un momento determinado Guzmán saca una pistola y le apunta a su compañero. Luego dispara, ante el horror y la sorpresa de los demás.

El dueño del local dijo que uno de los motivos podría deberse a una cuestión de “celos” porque ambos eran coloristas en la peluquería, pero Guzmán hacía siete años que trabajaba allí a diferencia de Germán Medina, quien hacía un año que había ingresado.

“Se podría decir que había tensiones como en cualquier lugar de trabajo o inconvenientes, pero no más allá. No sé las cuestiones personales de él, lo que estaba padeciendo o si tenía algún inconveniente para llegar a tomar esta medida”, dijo otro de los empleados del local en declaraciones a TN.

Luego del sorpresivo ataque, con una herida de bala en el cráneo, Medina es trasladado todavía con vida por personal del SAME al Hospital Fernández. A los pocos minutos, el joven de 33 años, vecino de Merlo, falleció.

La causa para esclarecer el homicidio está a cargo del Juzgado N°58. Mientras tanto, Guzmán sigue prófugo.

Verdini dijo que después del ataque se encerró en un baño y que dese allí llamó a la Policía. Dijo también que Guzmán se mostró tranquilo luego del ataque y que había cerrado con llave las puertas del local. Después se escapa por una ventana.

“Yo lo conocí bastante, era un tipo normal, laburaba mucho, bastante reservado con sus cosas, enfocado al trabajo 100%, a las clientas. Todavía no lo puedo creer”, dijo Verdini respecto de la víctima del ataque.


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