| Violencia institucional

Solidaridad del Indio Solari con miembros de La Garganta Poderosa

Dos jóvenes de la villa 21 fueron torturados por efectivos de la Prefectura. Hay tres detenidos. La Procuradora Gils Carbó recibió a las víctimas. La solidaridad del músico.

El Indio Solari se solidarizó con los dos jóvenes del colectivo La Garganta Poderosa que denunciaron haber sido golpeados y torturados por efectivos de la Prefectura Naval, en la Villa 21, en el barrio de Barracas, que supuestamente se encarga de brindar seguridad en la zona.

“Va mi apoyo y mi afecto sincero, para toda La Poderosa, para Ezequiel y para Iván, que me conmovió por su coraje, tanto como me conmovió su padre que respondió con la palabra exacta, cuando le preguntaron qué sentía: impotencia. Sí, impotencia, porque te cuesta la vida defender a tu hijo. Y la impotencia, para un padre, es algo muy jodido”, sostuvo el Indio, en una declaración que hizo llegar a la organización.

La organización realizó esta tarde una conferencia de prensa y una misa celebrada por curas villeros para denunciar la persecución de los jóvenes del barrio por parte de las fuerzas de seguridad.

Al mismo tiempo, la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, recibió a Ezequiel Villanueva Moya, de 15 años e Iván Navarro, de 18, los dos jóvenes miembros atacados por los efectivos de la Prefectura.

La Procuración contra la Violencia Institucional (Procuvin) colabora con el fiscal Adrián Giménez en la investigación por las torturas, golpes y amenazas sufridas por ambos el 24 de septiembre. Además,se inició otra investigación que ya fue denunciada penalmente por nuevas agresiones que habrían cometido otros efectivos de la misma fuerza el martes 4 de octubre pasado.

En un comunicado, la Prefectura informó que “a raíz de los hechos ocurridos el 24 de septiembre del corriente, en cercanías a la villa Zavaleta, los efectivos involucrados han sido dados de baja de la institución”.

Los titulares de la Fiscalía de Distrito de los Barrios de Nueva Pompeya y Parque Patricios, Marcelo Munilla Lacasa y Adrián Giménez, detuvieran a los dos oficiales de la Prefectura acusados, junto a otros cinco, de secuestrar y aplicarle tormentos a Iván Navarro (18) y Ezequiel Villanueva Moya (15).

Los prefectos, que se suman a otro oficial detenido la semana pasada en la sede de la fiscalía, quedaron a disposición de la titular del Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción N°6, María Gabriela Lanz, quien en las próximas horas deberá decidir respecto al pedido de exención de prisión que presentaron sus defensas y al cual la fiscalía se opuso.

La organización informó en su página de Facebook que “Iván Navarro denunció en televisión cómo lo torturaron más de diez prefectos, sobre la vera del Riachuelo, en la Villa 21. Relató minuciosamente cómo lo golpearon para subirlo al patrullero, cómo lo verduguearon en la garita, cómo lo encapucharon, cómo lo esposaron a un poste, cómo lo forzaron a realizar flexiones de brazos, cómo le pegaban en la espalda, cómo le contaban las zancadillas, cómo lo apaleaban en la cabeza, cómo lo quemaron con cigarrillos, cómo hicieron el simulacro de fusilamiento, cómo lo obligaron a rezar el Padre Nuestro, cómo lo encañonaron por la espalda y cómo le prometieron que pronto terminarían “el trabajo””.

El colectivo añadió que “al salir del estudio de televisión, volvió a su barrio, ese barrio que ahora mismo sigue “custodiado por Prefectura”, sin imaginar que lo esperaba otra corrida, amenazado por esa fuerza siniestra”.

En su mensaje de solidaridad, el Indio Solari expresó: “Torturaron a un pibe que, pobrecito, se habrá llevado el susto de su vida. No puedo imaginarme cómo debe ser tener 15 años y vivir durante horas toda esa humillación dolorosa y espantosa. Cuidado. Hay que tener mucho cuidado, cuando estas cosas empiezan a reflotar. Yo sé muy bien, porque los conozco, que ustedes atraviesan con frecuencia situaciones similares y también sé que no debe ser nada fácil tomar la decisión de contarlo públicamente, como lo hizo Iván. Hacen falta unos cojoncitos bien grandes, para decir eso ahí, donde aún habita la Prefectura, porque probablemente los trasladen a estos pelotudos, hijos de puta. Y aun así, vengan otros en su reemplazo”.