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Sigue estancada la investigación por el homicidio del testigo clave de la tragedia de Once

Por Ignacio Ramirez.

La causa por el homicidio del testigo clave de la Tragedia de Once, transcurridos siete meses, no tiene sospechosos, móvil y no registra movimientos importantes. Si no hay dudas para el entorno de la familia y la Unión Ferroviaria que se trato de un claro mensaje mafioso, el expediente prácticamente duerme a la espera del milagroso dato que pueda encausar la investigación.

En la madrugada del viernes 8 de febrero último, Leonardo Ariel Andrada (53) fue asesinado a quemarropa. Le pegaron cuatro balazos por la espalda. Fue un vecino quien lo encontró tirado cerca de la parada de colectivos que tomaba diariamente. El conductor de trenes, esta a punto de jubilarse. En el extraño crimen, a la victima sólo le robaron el celular. Sugestivamente le dejaron 1200 pesos, la mochila y sus efectos personales.

Andrada fue el maquinista que condujo la formación antes de Córdoba.

Andrada fue el maquinista que condujo la formación antes de Córdoba.

¿Quién es la víctima? Un trabajador ferroviario desde hacía más de 30 años. Fue el maquinista que el 22 de febrero de 2012 le entregó en Castelar la formación a su colega, el joven Marcos Antonio Córdoba (28), quien lo condujo con destino Once el día de la tragedia. En breve, la Justicia determinará la responsabilidad de Córdoba en lo sucedido y el posible error humano o la impericia en la tragedia.

Los familiares de Andrada, y la Unión Ferroviaria  siguen exigiendo justicia por el asesinato. En un primer momento, La Fraternidad, aceptó sin más cuestionamientos la hipótesis del robo, como un simple hecho de inseguridad. Para sumar más misterio al crimen, se le suma un extraño robo: mientras Andrada era velado, dos personas no identificadas irrumpieron en su domicilio y revolvieron dos habitaciones en búsqueda de algo. Cuando uno de los familiares del maquinista ingreso a la vivienda, los ladrones lo amenazaron y se fugaron, sin poder ser atrapados por la policía.

Unos días antes de morir, Andrada había declarado ante el juez federal Claudio Bonadio para poder determinar los responsables del accidente. El maquinista afirmó en su declararación que al hacerse cargo de la formación no tuvo ningún inconveniente.

El día del accidente, Andrada recordó: “con el tren vacío no note ningún inconveniente, ahora cuando subió toda la gente, lógicamente por el peso que tenía la formación hay que aplicar el freno un poco antes”. Al ser consultado si esto se debió informar a la empresa, explicó que “no se informó porque no era una falla, sino que era una característica propia de la formación”.

Al juzgado federal que reaizó la instrucción le pareció confusa la explicación que dio Córdoba, el maquinista a cargo durante el accidente, respecto al frenado de emergencia previo al choque. En oposición, Andrada, el anterior conductor, relató cinco alternativas posibles para frenar el tren, las cuales Córdoba obvio.

A contramano de lo que piensan el gremio de Andrada; en la Unión Ferroviaria creen que fue una muerte oscura, que trata de embarrar la cancha. “Es raro que no le hayan robado el dinero, la mochila. Sin contar el incidente cuando lo velaban. Pedimos Justicia por el ferroviario asesinado, victima de la mafia empresarial, politica y sindical. La muerte de Andrada es llamativa”, opina el sindicalista Rubén “El pollo” Sobrero, uno de los pocos que sigue exigiendo que la cause avance.

Una tragedia, una mafia sindical escandalosa, y el asesinato del hombre que sabía demasiado al borde de la impunidad y el olvido, a 19 meses de la tragedia de Once que se llevo 52 vidas inocentes.


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