El tembladeral provocado por la denuncia por sobornos en la FIFA encontró a María Servini de Cubría de vacaciones. La jueza vuelve al país este lunes pero ya desde el jueves esta en contacto con sus secretarios.
Apenas regrese promete avances categóricos en la causa que investiga el manejo de los fondos del Fútbol Para Todos. En el Gobierno hay malestar y a la vez temor porque uno de los imputados es el jefe de Gabinete y precandidato a gobernador, Aníbal Fernández, espada electoral del kirchnerismo.
En 2014 la jueza hizo lugar a las medidas que había pedido el fiscal Eduardo Taiano; pidió balances de clubes a la Inspección General de Justicia, y a la Jefatura de Gabinete, las “las rendiciones de cuentas realizadas por la AFA respecto del dinero asignado en el marco del programa Fútbol para Todos”.
Además, la AFA deberá entregar “los convenios celebrados con los clubes afiliados relativos a la distribución del dinero” de la televisación, un secreto guardado bajo siete llaves.
Según fuentes judiciales, en el caso también estarían complicados Juan Manuel Abal Medina y Jorge Capitanich, antecesores de Fernández en la Jefatura de Gabinete.
Servini asegura que alguna figura importante podría terminar citada a indagatoria la semana que viene. Todas las fichas se inclinan al casillero de Pablo Paladino, el encargado del manejo del fútbol desde el Estado.
Es un hombre del riñón de Aníbal pero que cuando el quilmeño se fue al Senado se independizó y empezó a hacer juego propio con el hombre del momento: Alejandro Burzaco, de TyC, prófugo reclamdo por la Justicia norteamericana.