| Noticias

Se fugaron dos represores condenados por delitos de lesa humanidad

Los dos militares se fugaron cuando fueron llevados al Hospital.

Los dos militares se fugaron cuando fueron llevados al Hospital.

Jorge Antonio Olivera y Gustavo De Marchi, dos represores condenados por delitos de lesa humanidad que cumplían su condena en el penal de Chimbas, en San Juan, se fugaron del Hospital Militar Central, en Palermo, donde habían sido trasladados ayer a la mañana para hacerse tratar por problemas médicos.

Los dos represores habían pedido ser trasladados desde San Juan a Buenos Aires con la supuesta intención de recibir atención médica. Olivera quería hacerse tratar un problema clínico, mientras que De Marchi afirmó que necesitaba ver a un especialista en dermatología. Como En el hospital de San Juan no había especialistas para tratar las molestias, pidieron ser atendidos en Buenos Aires. Ambos se habrían fugado durante los controles del Hospital Militar Central, ubicado en Luis María Campos, del barrio de Palermo. Según precisaron en el Juzgado Federal N°2, los represores habían sido trasladados por el Servicio Penitenciario Móvil que depende del Ministerio de Seguridad, informó hoy el diario Clarín.

Olivera y De Marchi fueron condenados hace tres semanas, en el juicio histórico que se desarrolló en el Rectorado de la Universidad Nacional de San Juan. Olivera, involucrado en el secuestro y desaparición de la modelo franco-argentina Marie Anne Erize Tiseau, ocurrida en octubre de 1976, recibió cadena perpetua: la Justicia lo consideró coautor responsable de violación de domicilio, privación ilegítima de la libertad, imposición de tormentos agravado por su estado de cargo público y asociación ilícita, entre otros cargos.

De Marchi fue condenado a 25 años de prisión también por violación de domicilio, privación ilegitima de libertad, privación de libertad abusiva e imposición de tormentos, entre otros. Las fugas causaron conmoción entre las autoridades del Ministerio de Justicia y el Servicio Penitenciario Federal.

 


Compartir: