El ex gobernador está muy inquieto por dos motivos. Primero por la reapertura de un caso en su contra por supuesto enriquecimiento ilítico. Está convencido de que ese expediente que tramita en la justicia bonaerense, concretamente en la Casación y que fue reabierto en febrero, es impulsado por el ministro Alberto Mahíques a pedido expreso de María Eugenia Vidal.

Quien también agitaría el caso es Jorge Macri que quiere ser senador por la provincia el año que viene y quiere dejar a Scioli fuera de carrera. El objetivo del jefe del Bapro es que Scioli sea citado en los próximos meses para explicar otra vez su patrimonio.

La otra cuestión que el gobernador charló con el juez tiene que ver con el caso Ciccone. Por ahora el trámite no avanza hacia juicio oral. Deben tomarse medidas adicionales, como resolver la situación de Guillermo Reinwick, a quien la Cámara Federal ya dictó una falta de mérito que resta ser ratificada por Lijo. El fiscal Jorge Di Lello entendió que no corresponde ahora promover la elevación del caso a juicio.

Guillermo Reinwick fue uno de los procesados por Lijo, es yerno de Nicolás Ciccone y sostiene que el Gobierno de los Kirchner se quedó con la imprenta a través del ex ministro de Economía.

La demora de la causa preocupa a Scioli y a su futuro político. El gobernador precisa que el proceso comience en lo posible antes de fin de año y que si Boudou declara contra él por sus vinculos con la empresa Boldt lo haga bien lejos de octubre, en lo posible en febrero o marzo.

Scioli está seguro que cualquier acusación, lo cual Boudou ya ha insinuado, estará en el olvido cuando llegue el mes de octubre y la pelea por el Congreso domine la escena. Conjeturas que parecen lejanas pero que se comienzan a vislumbrar hacia adelante.