Esta semana se estrenó “Crímenes de familia” en la plataforma Netflix y en Cine.ar (PLAY) solo por una semana. Es una de las películas nacionales más esperadas del año, con un elenco de reconocidas figuras liderado por Cecilia Roth, que reflexiona sobre el funcionamiento de la Justicia en nuestro país.
El director Sebastián Schindel, el mismo de “El Patrón: Radiografía de un crimen” (2013) y “El hijo” (2019) también disponibles para ver en la plataforma internacional, presenta en esta producción un thriller judicial atrapante con un fuerte trasfondo dramático, inspirado en hechos reales.
Sin develar detalles del argumento, la historia se inicia con un proceso judicial en el que se ve envuelta una familia de clase media acomodada del barrio de Recoleta de Buenos Aires.
A través de distintas capas narrativas y vericuetos de la trama, el film explora la complejidad de las relaciones humanas y sociales implicadas en temas de urgente actualidad ligados a la justicia como la violencia de género, el aborto, la corrupción y la desigualdad, entre muchos otros.
En una entrevista con Crimen y Ficción, en Eco Medios, Sebastián Schindel contó sobre el detrás de escena de esta super producción, los móviles que lo llevaron a filmar estas temáticas y las relaciones con sus películas anteriores.
–En “Crímenes de familia” se dan distintos procesos: dos procesos judiciales paralelos, otro fuera de la ley y otros más interiores de algunos personajes. ¿Cómo combinaste estos aspectos?
-La película está inspirada en hechos reales, dos homicidios agravados por el vínculo. Yo vengo del cine documental y para esta película investigué mucho sobre estos casos y con especialistas que trabajan estas temáticas. Para el guión combino estos dos casos que investigué y los relaciono para que sucedan en una misma familia encabezada por el personaje de Cecilia Roth, que va a ser la protagonista involuntaria de esta tragedia. Es a partir de sus ojos que vamos a vivir esta historia.
-Es interesante y controvertido el personaje de Alicia (Cecilia Roth) y cómo va ganando ese protagonismo en la narración ¿Cómo lo visualizaste funcionalmente dentro del film?
-En un momento lo pensé como “La patrona” (en diálogo con la película “El patrón”) por la relación con su empleada doméstica, pero esa era solo una de las líneas de la historia. Me interesaba hablar de la Justicia, de la mujer y otras luchas que hoy tienen más vigencia que nunca. También entiendo la película como una mirada muy crítica a nosotros mismos, a la clase media y especialmente a la clase media acomodada de la Ciudad de Buenos Aires a la que yo pertenezco. Alicia me permitía mirar a nosotros mismos, con todos los prejuicios que solemos tener. Ella podría ser cualquier vecina mía, que vive en mi barrio, en mi edificio.
-Está muy bien reflejado el ámbito judicial, desde los diálogos en los juicios orales hasta la forma que se llevan adelante .¿Tuviste un asesoramiento desde el ámbito?
-Tuve asesoramiento de abogados penales amigos y sobre todo un trabajo muy fuerte de investigación y de asistir a ver cómo son los juicios orales en Argentina. Conocemos los juicios orales por lo que nos muestran las películas, pero acá son totalmente distintos y cualquiera puede ir a verlos. Yo presencié muchos, hablé con muchos abogados e incluso conseguí grabaciones de otros juicios. Me interesa mucho mostrar esa realidad, por eso en la película hay varias escenas dedicadas a la “formalidad” del juicio: las lecturas de derechos, lecturas de condenas, cuestiones ceremoniales que hacen al sistema judicial.
Poner todo eso en cámara está invitando a una reflexión y a una mirada crítica de la justicia que, en Argentina, ya hace muchos años que se viene cuestionando. No sabemos bien qué es, pero creo que todos estamos de acuerdo de que hay algo que no está funcionando.
-Queda muy claro en la película que hay una “justicia para ricos” y una “justicia para pobres” y se representa algo que todos sabemos que ocurre.
-Sí, tal cual. La imagen de la Justicia de una señora con los ojos vendados, con una espada en una mano y una balanza en la otra, queriendo mostrar cierta igualdad ante la ley, sabemos que en la práctica no existe. Sino que es la capacidad de cada uno de producir su defensa la que va a marcar con qué condiciones y con qué armas se van a poder enfrentar a la Justicia.
Esas condiciones para armar la defensa son puramente económicas. Por ejemplo, qué abogados se puede pagar. No es lo mismo un abogado del Estado -que hay muchos y muy buenos, pero lo cierto es que trabajan a destajo y no dan abasto-, que una gran firma con cinco o seis abogados trabajando full time en la dirección que a uno más le convenga. Eso habla de un sistema judicial. No sé si está bien o está mal, pero lo observo y lo señalo.
-Al igual que en “El Patrón: radiografía de un crimen”, hay un personaje que viene del interior del país a trabajar a la ciudad con una gran deuda social (falta de educación, de salud, de acceso a la vivienda, etc.). ¿No hay también una cierta hipocresía en determinada clase social que los acoge en una actitud paternalista y dice “ayudar”, pero que al mismo tiempo desconoce sus derechos?
-Yo lo veo como relaciones humanas y relaciones sociales muy complejas, no me apresuro a decir que están bien ni que están mal, sino que invito a los espectadores a que pensemos sobre estos temas, porque no vamos a llegar a una conclusión fácil. Creo que los conflictos más lindos, son los conflictos que no tienen solución. Po ejemplo, las relaciones y los vínculos que se establecen entre una madre y un hijo, entre una pareja con su amado, entre un empleado con su empleadora.
En “El patrón”, no había duda que el personaje de Ziembrowski era “malo”, pero acá no me atrevo a decir lo mismo de Alicia. Ella es una buena mujer y se considera una madre y una empleadora ejemplar, pero está marcada por ciertas características de una clase social y está acostumbrada a ver el mundo desde un determinado filtro. Así como Gladys (Yanina Avila), pertenece a otra clase social y ve el mundo y lo entiende de otra manera. Las dos viven en realidades paralelas, viviendo bajo el mismo techo. Creo que esto le pasa a gran parte de la clase media que, aunque sea por horas, comparten una intimidad con una persona ya sea de cuidados, limpieza, cocina, etc.
-A veces también un vínculo afectivo…
-¡Claro! Muchas veces hay un vínculo afectivo aparte de laboral y todas estas cosas se mezclan y cruzan y no estamos preparados para eso. Este aspecto fue muy bien representado en el cine argentino con la película “Cama adentro” (Jorge Gaggero, 2004). Yo lo reformulo y vuelvo a trabajar con esta misma temática, pero desde otro punto de vista y cruzado por dos casos criminales.
-¿Cómo trabajaste el tema de la perspectiva de género, tan presente dentro del film, en la representación de lo judicial?
-Me inspiré en casos reales de feminicidio o violencia doméstica en donde si uno escucha una campana se queda con una idea, pero si escucha otra se construye una distinta. Ese es el juego que invita la película al espectador, a ver cómo no existe una única realidad, sino que se va construyendo. También la película está asesorada por dos organismos de las naciones unidas: La Organización Mundial del Trabajo, que ya había colaborado conmigo en “El Patrón: Radiografía de un crimen”, y ONU Mujeres, el organismo de Naciones Unidas que trata todos los temas que tienen que ver con los derechos de la mujer y me dieron un apoyo fundamental: leyeron el guion, me asesoraron, me presentaron gente con la cual yo discutía todos estos temas. Siempre voy a buscar a aquellos que saben más que yo.
-El tema de las migraciones está muy presente en tus películas. ¿Por qué?
-Porque me interesan esos conflictos y esas visiones paralelas. Las respuestas están en las películas. A mí me interesan las películas que te dejan pensando y ese es el cine que intento hacer.
“Crímenes de Familia”
Disponible en NETFLIX. En Cine.ar (PLAY) del 21/8 al 27/8, también televisa Cine.ar (TV) el sábado 22/8 a las 22hs.
Dirección: Sebastián Schindel / Guión: Sebastián Schindel y Pablo del Teso
Producido por: Buffalo Films y Magoya Films / Productores Ejecutivos: Hori Mentasti, Esteban Mentasti, Guido Rud Guión: Sebastián Schindel y Pablo del Teso
Elenco: Cecilia Roth, Miguel Angel Solá, Sofía Gala Castiglione, Benjamín Amadeo, Yanina Ávila, Paola Barrientos, Marcelo Subiotto, Diego Cremonesi y Claudio Martínez Bel.
Ficción, 2020 / Duración: 100 minutos.